Valle de los ingenios, historia y naturaleza

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-24 08:18:39

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Foto: Radio Reloj.

Por: Yoelvis Lázaro Moreno

La Habana, 24 abr (RHC) Entre el mar y las montañas, con una vista formidable desde las alturas, se erige en Trinidad el Valle de los Ingenios.

Al hermoso paraje le corresponde el privilegio de combinar la huella del pasado de nuestra industria azucarera nacional con una paisajística única, capaz de ancharle la retina a todo aquel visitante que lo divisa por primera vez.

Allí la historia y la naturaleza se abrazan en completa plenitud, y no es difícil imaginar a cientos de esclavos africanos trabajando en los cortes de caña, sacando jugo de los trapiches o manteniendo las opulentas construcciones que aún adornan el exuberante entorno natural.

Casas de calderas, alambiques, almacenes, torres y pozos, represas y aljibes, y viviendas para amos y siervos integran el complejo monumental Valle de los Ingenios, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, cuya extensión supera los 270 kilómetros cuadrados.

Paseo a cielo abierto

En el Valle de los Ingenios, en Trinidad, llama la atención cómo las antiguas fincas azucareras son surcadas por extensiones perfectamente cuadriculadas.

Se destaca, asimismo, el verdor de los campos cañeros y los pequeños bosques, y las ruinas de las casas barracones de esclavos, únicas de su tipo en América Latina.

También sobresale la torre Manaca-Iznaga, de 43, 5 metros de alto, y erigida campanario y atalaya.

Son estos periplos un asombroso paseo a cielo abierto entre la casa hacienda Manaca-Iznaga y Guáimaro, o San Isidro de los Destiladeros, y otros emplazamientos representativos del trinitario Valle de los Ingenios que nos transportan a lo más genuino de nuestras raíces. (Fuente: Radio Reloj)



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