Valdés Domínguez y Martí unidos a partir de una circunstancia aciaga

Editado por María Candela
2020-06-13 13:06:14

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Por: María Elena Balán Sainz

Fermín Valdés Domínguez representa un ejemplo de cuánto significa la amistad y la lealtad en circunstancias difíciles, esos lazos de afectos entre él y José Martí pasaron a la historia a partir de una circunstancia aciaga y dolorosa, en plena adolescencia que tuvo mucho que ver con sus destinos.

Valdés Domínguez tuvo una actitud digna y generosa cuando en 1869, para proteger a Martí ante un tribunal militar español que los juzgaba a los dos, se declaró autor de la carta que calificaba de traidor a un compañero de estudios por su incorporación al cuerpo de voluntarios.

Los jueces peninsulares quedaron sorprendidos ante la firmeza de ambos, que afirmaron haber escrito aquella acusación que llamaba apóstata a su destinatario, pero a pesar del empeño que pusieron los dos al decir que eran autores de la misiva fue Martí por sus conocidas posiciones independentistas el que recibió seis años de prisión con trabajo forzado como condena y Fermín seis meses.

Tales hechos sellaron aún más la amistad, surgida en la escuela primaria de San Anacleto donde se conocieron aquel niño de origen humilde, quien nació el 10 de julio de 1852 y fue adoptado por un venezolano con holgura económica en la Casa de Beneficencia; y el que sería el Apóstol de la independencia de Cuba.

La coincidencia posterior en el aula del maestro Rafael María de Mendive de estos dos adolescentes influyó sin dudas en sus relaciones y en la formación de sus ideas independentistas.

Fermín Valdés Domínguez murió el 13 de junio de 1910, tras haber tenido una fecunda vida como médico, orador, escritor y hombre de ideas patrióticas.

Se graduó como médico en España en 1876, tras una accidentada carrera, por motivo de sus acciones políticas en la Isla y por haber estado implicado nuevamente en otro proceso, el del 27 de noviembre, fecha en que ocurrió el fusilamiento de los estudiantes de medicina y del cual Fermín se libró de ser uno de los muertos porque no salió su nombre en el sorteo para la ejecución.

Fue condenado a seis años de cárcel, pero por gestiones de su familia se le conmutó por el destierro y fue enviado a la península donde coincidieron los dos amigos durante la continuación de sus estudios, aunque sin abandonar sus compromisos con la Patria.

Tras su regreso a Cuba durante la Tregua Fecunda Fermín se casó con Consuelo Quintanó Ramos y en poco tiempo se distinguió como médico e investigador científico sobre la prevención de enfermedades infecciosas, por lo que fue aceptado en instituciones científicas, fraternales y sociales de la época como la Sociedad de Amigos del País y el Nuevo Liceo.

Quiso Valdés Domínguez aclarar las circunstancias reales de aquel horrendo crimen contra jóvenes inocentes acusados de haber profanado la tumba del español Gonzalo de Castañón y obtuvo del hijo del presuntamente mancillado -de visita en La Habana en 1887- el testimonio por escrito de que la sepultura de su padre no había sido ofendida por los ejecutados.

En esa ocasión Martí le escribió y se refirió al alcance de su denuncia: ”Si por desdicha hubiésemos estado en guerra, podría decirse, Fermín, que tú solo has vencido a muchos batallones”. Militó en el Partido Autonomista, en el cual se destacó por su oratoria y liderazgo que le abrieron las puertas de la sociedad ilustre del momento.

(Tomado de ACN)

Luego abandonó esa tendencia y algunos afirman que durante esa época hubo cierto distanciamiento entre él y el Maestro.

En 1894 viajó a Nueva York y se instaló en Cayo Hueso, donde vio a Martí, su amigo entrañable.

Durante la Guerra Necesaria se incorporó a la lucha poco después de la caída en combate del Héroe Nacional, obtuvo el grado de coronel y ocupó las jefaturas de la Sanidad Militar del Ejército Libertador y representó a Camagüey en la Asamblea Constituyente de Jimaguayú.

Cuando terminó la contienda, frustrada por la intervención norteamericana, Valdés Domínguez volvió a su desempeño como médico y se opuso al anexionismo. Al morir seguía abrazando los principios independentistas que surgieron en su adolescencia al lado de Martí, quien fue más que amigo, un hermano.



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