El mundo con Cuba

Editado por Maite González Martínez
2016-10-27 10:55:17

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Por: Guillermo Alvarado

La noticia le dio la vuelta al globo terráqueo apenas la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, anunció que por primera vez su país se abstendría en la votación del proyecto presentado por Cuba sobre la necesidad de poner fin al injusto e ilegal bloqueo económico, financiero y comercial que la principal potencia del planeta mantiene desde hace más de medio siglo contra esta nación caribeña.

Sin duda en muchos lugares hubo un emotivo y sincero suspiro de alivio ante esta decisión, calificada de sensata pero que ahora deberá pasar la prueba de la práctica, es decir convertirse en hechos y no quedarse nada más como un símbolo.

Power reconoció que la posición abrumadora del mundo a favor de Cuba había causado el aislamiento de su país en el seno de la comunidad internacional.

Y es que si la abstención estadounidense fue noticia, más lo es el hecho de que los 193 miembros de la máxima organización mundial asistieron a la sesión -y esto es notable, no hubo una sola ausencia- y 191 votaron a favor de eliminar el bloqueo.

Israel, como no podía ser de otra manera, no tuvo más remedio que seguir a su mentor, protector y amigo y se sumó a la posición de Estados Unidos, por lo que hubo dos abstenciones y por primera ocasión en la historia, ningún voto en contra.

Como dijo el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, le tomó a Washington 24 años para darse cuenta de su soledad y el desprestigio que esta política agresiva contra un pueblo pequeño pero valiente, le ha acarreado. Si algo refleja la votación, es la alta valoración que la comunidad internacional tiene de Cuba.

Aunque el anuncio de la embajadora Power es sin dudas positivo, y se suma a los avances alcanzados desde el histórico 17 de diciembre de 2014, cuando los dos países anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que nadie se llame a engaño ni se haga muchas ilusiones.

Como el famoso dinosaurio del cuento de Augusto Monterroso, el bloqueo sigue allí, su esencia permanece intacta y muchas de las medidas anunciadas por el gobierno del presidente Barack Obama permanecen en el limbo de la teoría.

Cuba, por ejemplo, no ha logrado realizar una sola transacción utilizando el dólar estadounidense, no se ha abierto ninguna cuenta en un banco norteamericano y la banca internacional cada vez pone más obstáculos o cierra sus puertas a los movimientos financieros cubanos por temor a las represalias derivadas del bloqueo.

Desde que Obama es presidente se pusieron sanciones a entidades financieras de terceros países por 14 mil millones de dólares y parte de esas multas ocurrieron después del anuncio de la reanudación de los vínculos diplomáticos.

El bloqueo sigue afectando al pueblo cubano, pero también al resto de países e incluso a la misma sociedad estadounidense. Como dijo el Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, al bloquear a Cuba, nos bloquean a todos.

Que bueno que Estados Unidos cambió su posición, ahora debe pasar a los hechos. Como dijo el canciller cubano, lo más importante es desmontar el bloqueo, más que los discursos y más que el voto de una delegación. La práctica, recordemos, es la mejor manera, la única en realidad, de reconocer la verdad. FIN

 

 

 



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