Navío celestial chino surca el espacio

Editado por Maria Calvo
2017-04-21 11:05:24

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por Guillermo Alvarado

La República Popular China dio un paso importante en la carrera por la conquista del espacio con el lanzamiento de su primera nave de carga, que deberá acoplarse con el laboratorio Tiangong 2, actualmente en órbita, para realizar una serie de experimentos, proveerlo de combustible y preparar las condiciones para futuras misiones tripuladas.

El carguero, denominado Tianzhou 1, “navío celestial” en chino, es un elemento imprescindible en el objetivo de esa nación para desarrollar su propia estación espacial, cuyo primer módulo será enviado en 2019 y debe estar en operaciones en 2023.

En una demostración del dominio de novedosas tecnologías, todas las maniobras que durante cinco meses se realizarán en ambas naves, en órbita a una altura de 385 kilómetros, serán dirigidas y controladas por los especialistas desde tierra.

Este lanzamiento constituye una nueva etapa dentro de la estrategia del programa espacial tripulado chino hacia la construcción de nuestra estación espacial, explicó Lin Xikiang, subdirector del Departamento de Diseño del Programa de Ingeniería Espacial.

El “navío celestial” mide 10,6 metros de largo, tiene 3,35 de diámetro y es capaz de llevar seis toneladas de carga y su puesta a punto es determinante para el suministro periódico de alimentos, agua, combustible y equipos a la futura estación que pondrá a la nación asiática a la altura de otras potencias, como Estados Unidos, Rusia o la Unión Europea, en la conquista del espacio exterior y también es una demostración del elevado desarrollo científico y tecnológico alcanzado.

El programa espacial chino incluye también novedosos objetivos, entre ellos la exploración de la cara oculta de la luna, donde sus especialistas esperan encontrar una amplia zona libre de señales de radio que les permita desarrollar tecnologías de la comunicación de largo alcance.

También está previsto enviar misiones a Marte para tomar muestras geológicas de su superficie, que serán trasladadas hasta la tierra para su estudio.

Las autoridades chinas se disponen a completar una amplia red de satélites para utilizar en 2020 su propio sistema de geolocalización, denominado BeiDou, que será equivalente al GPS de Estados Unidos.

Excluida por una decisión unilateral de Washington de la estación espacial internacional, China apuesta por desarrollar sus propias tecnologías de punta, establecer instalaciones orbitales avanzadas y ampliar la colaboración con otros países en este aspecto, como ha venido haciendo durante los últimos años.

Hasta el momento se han diseñado proyectos de cooperación interesantes, entre ellos la creación de “constelaciones de satélites” con los países de la Ruta de la Seda, las llamadas economías emergentes, o BRICS, Brasil, Rusia, India, y Sudáfrica y la Organización de Cooperación Espacial Asia-Pacífico.

Desde su nacimiento la humanidad ha mirado al cielo y tratado de desentrañar sus misterios; conocer ese amplio espacio es un anhelo y un derecho de todos los hombres, que debe ser llevado con un espíritu de paz, cooperación y concordia, sin criterios de dominación o hegemonía, mucho menos de supremacía militar o guerrerista.



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