Casi siete décadas de holocausto palestino

Editado por Maite González Martínez
2017-05-18 12:08:02

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Víctima palestina. (Imagen archivo)

Por: Guillermo Alvarado 

En 1948 el pueblo palestino sufrió un golpe demoledor, conocido como la Nakba, la catástrofe que partió para siempre su historia cuando tropas sionistas ocuparon su territorio, exterminaron a buena parte de los habitantes, expulsaron a otro sector importante y a los sobrevivientes los redujeron a la condición de extranjeros en el suelo que fue suyo durante cientos de años.

Una tragedia semejante sólo es parecida a la que sufrieron los pueblos originarios del continente americano tras la invasión europea iniciada en 1492, que causó la desaparición definitiva de numerosas culturas y de millones de seres humanos que las habían edificado.

El destino que el Estado sionista de Israel depara a los palestinos es muy semejante, basado en el exterminio de su población, el control creciente y persistente de su territorio y la creación de condiciones que hagan imposible cualquier solución negociada o pacífica a lo que se ha dado en llamar la crisis del Oriente Medio, pero que no es otra cosa que un genocidio minuciosamente calculado y llevado a la práctica hasta nuestros días con una frialdad asombrosa, con la complicidad de Estados Unidos y el silencio de la mayor parte de la comunidad de las naciones.

Si alguien duda, o considera exageradas estas consideraciones, véase lo que ocurre en la Franja de Gaza, el mayor campo de concentración de la actualidad, donde un millón y medio de personas se aglutinan en apenas 360 kilómetros cuadrados y sufren de manera periódica brutales ataques militares.

Numerosas son allí las operaciones del ejército israelí contra la población civil y obras de infraestructura, como escuelas, hospitales y viviendas.

En noviembre de 2006 la aviación causó más de 40 muertos y decenas de heridos; en febrero de 2007, una acción bautizada con el irónico nombre de “Calor de invierno” dejó 110 civiles fallecidos; del 27 de diciembre de 2008 al 20 de enero de 2009, se desencadenó la operación Plomo Fundido, que provocó mil 400 víctimas, entre ellas 300 niños y destruyó 22 mil viviendas.

En 2012 se desencadenó un nuevo ataque, con 160 muertos y miles de heridos, y lo peor ocurrió a partir del 7 de julio de 2014, cuando durante 55 días intensos bombardeos, aéreos, navales y terrestres, mataron a dos mil 143 palestinos, hirieron a 11 mil y forzaron al desplazamiento a casi medio millón que perdieron su vivienda.

Pero, ¿a dónde desplazarse en una estrecha franja de territorio cercada por mar y tierra y donde el 95 por ciento del agua dulce está contaminada?.

Numerosas son las heroicas formas de resistencia del pueblo palestino, entre ellas la huelga de hambre que realizan ya más de mil 700 personas y que causó su primera víctima, Mazan al Maghrebi, exprisionero que se sumó a la protesta a pesar de sus malas condiciones de salud y pereció en nombre de la libertad y la dignidad.

Otra es el amplio movimiento llamado Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel, que en los últimos años ha tenido un gran impacto, sobre todo en Europa y del cual hablaremos a profundidad en trabajos próximos.

Casi 70 años de genocidio deben parar, el holocausto palestino es una ofensa a la dignidad humana. En el futuro, si tenemos futuro, nuestra especie será juzgada por haber permitido semejante barbarie.



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