Escalada bélica yanki en Corea

Editado por Martha Ríos
2017-06-01 18:29:48

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Estados Unidos intensificó en las últimas semanas su presencia bélica en Corea. Foto tomada de Cubasí

Por Arnaldo Musa

La situación tiene como trasfondo el noveno lanzamiento de un misil norcoreano, que, al igual que los anteriores, tienen diferentes parámetros, pero un objetivo común: disuadir al peligroso enemigo de emprender una agresión.

Estados Unidos intensificó en las últimas semanas su escalada bélica en Corea, al comenzar sus modernos bombarderos B-1B a patrullar la zona fronteriza terrestre entre las dos partes de la nación, horas después de que el gobierno de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) ofreciera nuevamente su disposición de negociar para distender la grave situación y comenzar a andar el largo camino de una paz duradera en la península.

El presidente norteamericano, Donald Trump, había augurado que “pronto se resolverá el problema coreano”, lo cual, en la mente del controvertido mandatario pudiera ser desatar una hecatombe nuclear o librarse del mandato de los halcones estadounidenses e iniciar contactos para emprender el diálogo.

La situación tiene como trasfondo el noveno lanzamiento de un misil norcoreano, que, al igual que los anteriores, tienen diferentes parámetros, pero un objetivo común: disuadir al peligroso enemigo de emprender una agresión.

En Corea del Sur, el nuevo presidente, Moon Jae-in, volvió a mostrarse partidario de un diálogo con Pyongyang, cuestión reiteradamente repetida en su carrera política, y ordenó investigar la responsabilidad de haber permitido la instalación de cuatro sistemas de defensa antiaérea tipo THAAD en territorio nacional, sin que se haya informado del hecho a su gobierno ni que se haya hecho público.

Según el vocero del mandatario, el presidente se encuentra "en estado de shock”, tras conocer la instalación de estos nuevos cuatro sistemas producidos por EE.UU., bajo el pretexto de contrarrestar “la amenaza de los misiles de Corea del Norte".

El pasado mes de abril, la administración dirigida por la entonces presidenta, Park Geun-hye, destituida por corrupción y abuso de poder, instaló en el país un segmento regional del THAAD, sistema global de defensa antimisiles de EE.UU. capaz de interceptar proyectiles enemigos a una altitud de 100 kilómetros.

Pero China advirtió que ese sistema  sería utilizado para espiar su territorio, en tanto los vecinos de los lugares donde se hayan situados expresaron su fundado temor de que serían blancos directos en caso de cualquier conflicto.

Entretanto, dentro de Estados Unidos se intensificó la campaña propagandística contra Corea Democrática, señalando que cada vez más es un peligro para la seguridad norteamericana, en tanto se llevan a cabo nuevos contactos con diferentes países para aumentar las numerosas sanciones contra la RPDC por persistir en su programa atómico.

Pyongyang ha subrayado que no abandonará tal programa, y lo asoció con el espacial, mediante el cual ya tiene avances para el futuro lanzamiento de un satélite  al espacio, acercarse a la Luna y desarrollar diferentes logros en esa esfera, que bien llevada ayudaría al mantenimiento de la paz y daría otros diferentes beneficios a la humanidad.

Por el contrario, y para evitar que se logre el pretendido sueño norcoreano, Estados Unidos envió un tercer portaviones nuclear al Pacífico, el USS Nimitz, perteneciente a la Tercera Flota, para seguir hostigando a Pyongyang y encabezar cualquier eventual operación de agresión al respecto.

(Tomado de Cubasí)



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