Rebelión? No, terrorismo, Sí

Editado por Maria Calvo
2017-06-29 10:38:52

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por Guillermo Alvarado

Cuando varios sujetos fuertemente armados secuestran una aeronave, sobrevuelan una ciudad y abren fuego y lanzan granadas contra un grupo de civiles desarmados, entre ellos funcionarios públicos y comunicadores, no están ejecutando un acto de rebelión, sino perpetrando un ataque terrorista que merece todo el repudio de la comunidad internacional.

Esto fue lo que ocurrió en Caracas, la capital venezolana, cuando desde un helicóptero se disparó con fusiles de grueso calibre y se arrojaron artefactos explosivos hacia la sede del Tribunal Supremo de Justicia y el ministerio de Interior, Justicia y Paz, justo cuando se celebraba un acto para conmemorar el Día Nacional del Periodista.

La acción, que no puede ser calificada sino de cobarde, fue condenada en la ONU, así como por organizaciones sociales y algunas naciones, entre ellas Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Palestina y Turquía, además de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA.

Llama la atención el silencio obstinado de muchos países que se dicen preocupados por la paz, la justicia, la seguridad y la lucha contra el terrorismo.

Cuando en algunas ciudades europeas se cometieron actos condenables, como el uso de vehículos para matar civiles con el ánimo de infundir terror entre la población, la reacción ha sido unánime y atronadora. ¿Por qué en el caso de Venezuela los grandes medios de comunicación y muchos gobiernos insisten en cerrar la boca?

Y, nos preguntamos, ¿Donde está la desprestigiada OEA y su secretario general, Luis Almagro, será que todavía no se ha enterado?

¿Ignoran los que callan que el silencio es un acto de complicidad?

No hay que tener estudios superiores para diferenciar entre rebelión y terrorismo. En todo caso, basta con abrir un diccionario. Según el de la Real Academia Española, rebelión es unueva zelandian delito de orden público, penado por la ley ordinaria y por la militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos.

En Caracas no hubo un levantamiento público y la hostilidad jamás fue contra los poderes del Estado, sino contra un grupo de civiles.

La definición de terrorismo de la Academia dice: “actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”.

Esto es exactamente lo que está ocurriendo en Venezuela desde hace largos meses. No se trata de oposición política, ni siquiera de rebelión. Es simple y llanamente terrorismo, es crear alarma y zozobra con fines políticos, en este caso derrocar a la Revolución Bolivariana y retornar a los gobiernos neoliberales que empobrecieron al pueblo y saquearon las riquezas nacionales.

No existe una vara para juzgar lo que pasa en Europa o en otras potencias occidentales y otra diferente destinada a Venezuela. No hay terrorismo malo o bueno. Solo hay terrorismo, víctimas y cómplices y es bueno ya que la comunidad internacional defina de que lado está, si de las víctimas o de los cómplices.



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