Mini OEA contra Venezuela?

Editado por Maite González Martínez
2017-08-10 10:09:25

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Por: Guillermo Alvarado

Representantes de un grupo de gobiernos de la región se reunieron en Perú para, supuestamente, analizar la situación en Venezuela, si bien en la práctica la cita no fue sino una muestra más del desvergonzado intervencionismo encabezado por Estados Unidos en su intento de destruir a la Revolución Bolivariana e implantar su hegemonía en todo el continente.

Los funcionarios confabulados en la ciudad de Lima emitieron un documento con tal cantidad de falsedades que, si uno no supiera que son personas informadas, tendría todo el derecho a pensar que su ignorancia alcanza niveles intolerables.

El texto de 16 puntos comienza con una condena a la ruptura del orden democrático en la Patria de Bolívar, lo que es cierto porque eso realmente ha ocurrido en la hermana nación, sólo que no fue por parte del gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro, sino por una oposición furibunda que violó las leyes, asesinó a personas por métodos brutales, como quemarlas vivas, destruyó propiedades públicas y conspiró con intereses extranjeros con el propósito de hacerse con el poder.

De esto, los cancilleres de esos 12 países “preocupados” por esta crisis, no dicen una sola palabra, más bien hacen un manejo diabólico del lenguaje para tirar toda la responsabilidad sobre el ejecutivo venezolano y convertir a las víctimas en culpables.

A continuación, se atribuyen el derecho de desconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, democrática y soberanamente elegida por más de ocho millones de ciudadanos cansados de la violencia y las agresiones de la derecha.

Dicen estos señores que rechazan el uso de la fuerza, otra vez sin mencionar a los que llaman a matar o agredir a las personas por el simple hecho de ser o parecer chavistas o trabajar para el gobierno. Voluntariamente ignoran los múltiples llamados al diálogo hechos por el presidente Maduro y otros miembros de su gobierno.

Pensamos que habría sido más útil aprovechar esta reunión para llamar al ejecutivoo de México a poner fin a los asesinatos que mantienen en el terror a esa población, o al de Guatemala a poner coto a los desmanes de las pandillas, las tenebrosas maras, o el latrocinio de funcionarios corruptos que tienen copado ese país.

Bien poco tiene que decir Brasil en materia de democracia, con un presidente que ha debido gastar miles de millones de dólares para frenar las acusaciones que deberían tenerlo en prisión y no al frente del Gigante Sudamericano. Ni Paraguay, Perú o Chile son un ejemplo para nadie y tienen graves problemas internos que resolver antes de tratar de convertirse en jueces de los demás.

Si estos doce gobiernos están tan preocupados por la violación de los derechos humanos, la violencia, la represión y la persecución política, la existencia de presos políticos y la falta de elecciones libres, que comiencen por combatir estas lacras dentro de su propio territorio, donde tales desmanes se cometen todos los días.

En Venezuela se redujo la pobreza, se extendieron los servicios básicos de educación, salud y vivienda, se recuperaron los recursos naturales y se pusieron al servicio de toda la sociedad. Nada de eso ha ocurrido en esos países que si no quieren agradecer este ejemplo, deberían tener al menos la dignidad de respetarlo.



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