¿Hacia una nueva crisis mundial?

Editado por Maite González Martínez
2017-10-13 10:15:38

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Por: Guillermo Alvarado

Funcionarios públicos y especialistas del Fondo Monetario Internacional, FMI, advirtieron esta semana que existen peligrosos síntomas de que el mundo se esté encaminando hacia una nueva crisis financiera global, cuando aún no se superan del todo los daños causados por las perturbaciones iniciadas en 2008.

El titular de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schauble, fue uno de los primeros en dar la voz de alarma sobre la inestabilidad en los mercados, lo cual fue corroborado por un informe del FMI que prevé una caída de la producción en las principales economías del planeta en un plazo de cinco años, es decir para 2022.

De acuerdo con la entidad multilateral de crédito, luego de la ingrata experiencia de la reciente crisis mundial se adoptaron medidas pertinentes, entre ellas incrementar la vigilancia sobre las operaciones bancarias y el fortalecimiento de los capitales de estas instituciones para evitar más estallidos de burbujas.

Sin embargo aparecieron nuevos factores de riesgo y entre ellos el más notable es el desenfrenado incremento de la deuda privada y pública, sobre todo en sectores no productivos.

Esto es resultado de la baja de las tasas de interés y las facilidades otorgadas por los propios bancos, pero algunos límites peligrosos se están cruzando. Como ejemplo se mencionó que en el llamado G-20, donde están las economías más poderosas del mundo, la deuda de las familias, empresas y Estados es ya equivalente al 235 por ciento de su Producto Interno Bruto, PIB, global.

Particular atención tiene el caso de los hogares, que en las naciones industrializadas adquieren cada vez más deuda, pero no con el objetivo de invertir en bienes productivos, como vivienda o pequeñas empresas, que tendrían un beneficio de vuelta, sino en simple y llano consumo.

Al día de hoy las familias deben alrededor del 63 por ciento de sus ingresos totales, lo que resulta muy inquietante porque cualquier desbalance financiero les dejaría sin posibilidades de cumplir sus compromisos.

Aunque el FMI no lo menciona, el mismo sistema de consumo desaforado, impulsado por la publicidad, lleva a muchas personas a aceptar créditos fáciles destinados a adquirir bienes improductivos, como equipos electrodomésticos cada vez más sofisticados, muebles y otros, sin percatarse de que están comprometiendo el futuro.

En los países menos desarrollados el endeudamiento familiar suele llegar al 21 por ciento de sus ingresos, menos dañino, pero aún excesivo. Hay que señalar, además, que al incremento de las deudas, le acompaña casi siempre una disminución del ahorro, una ecuación muy riesgosa.

Según los modelos elaborados por el Fondo Monetario Internacional, a partir de 2020 podría ocurrir un alza generalizada de las tasas de interés, una caída de los mercados bursátiles, la reducción de los precios en el sector inmobiliario, lo que se traduciría en la baja del 1,7 del PIB mundial, todo lo cual representa el umbral de una nueva crisis que revelaría lo poco que el mundo aprendió de la anterior. FIN



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