Los pueblos indígenas en América Latina alzan la voz por sus derechos.

Editado por Maite González Martínez
2017-12-13 09:45:06

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Por María Josefina Arce

En la actualidad en América Latina hay 42 millones de indígenas, que desde la colonización europea hasta nuestros días han sido masacrados, perseguidos y privados de sus más elementales derechos como el acceso a la tierra, a la salud y a la educación, entre otros.

Mientras que los pueblos autóctonos representan el 8 por ciento de la población en la región, también constituyen aproximadamente el 14 por ciento de los pobres y el 17 por ciento de los extremadamente pobres de América Latina.

Aunque hay instrumentos internacionales a favor de la defensa de las naciones originarias, como la Declaración de la ONU sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, y en países como El Salvador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia se trabaja por devolverles su dignidad, todavía en muchas partes de Latinoamérica la situación de discriminación hacia estos colectivos se ha acentuado en los últimos años.

Por demás, en muchos países se ha llegado a criminalizar la lucha de estas comunidades por hacer prevalecer sus prerrogativas y se les ha catalogado de terroristas para justificar el despojo de lo que por derecho les pertenece: la tierra.

Es este uno de los principales problemas que afrontan. Sin la tierra los pueblos indígenas no pueden desarrollar toda su identidad cultural y espiritual ni tampoco garantizar su seguridad alimentaria.

Durante décadas estas comunidades han sido desplazadas de sus territorios por las transnacionales, amparadas por los gobiernos locales. Dirigentes indígenas señalan que las naciones originarias no se oponen al desarrollo, pero "plantean que ese desarrollo debe respetar todas las formas de vida y debe ser sostenible".

Un caso paradigmático fue el asesinato en Honduras de la dirigente Berta Cáceres, una defensora de los pueblos de origen lenca, que son despojados de sus territorios y ríos para beneficio de las multinacionales.

De ahí que se busque diseñar un Plan de Acción Regional que sea la base para lograr cambios políticos en relación con los pueblos indígenas. Con ese fin en Panamá tuvo lugar en los últimos días la reunión Subregional de Pueblos Indígenas de Centroamérica y México.

Esta es la primera de tres reuniones subregionales promovidas por el FILAC, Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe , en el marco de las actividades previas a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Guatemala en el 2018.

De este modo se busca crear espacios de diálogo y concertación sobre temas como los derechos de los pueblos indígenas, los territorios ancestrales y el acceso a servicios como la salud y la educación.

Los esfuerzos también incluyen la realización de una cumbre indígena donde participarán las altas autoridades de los pueblos originarios, que deberán perfilar el plan de acción a presentarles a los jefes de Estado y Gobierno de la región y la implementación del mismo, incluidos acuerdos intergubernamentales, con la ONU y las etnias.

Por primera vez serán escuchados los pueblos autóctonos en una cumbre iberoamericano y esperemos que a las más altas esferas todo no se quede en promesas, pues es hora de que los indígenas sean reconocidos y valorada su cultura y forma de vida.

Pues como bien afirman los estudiosos es necesario escuchar, aprender, reconocer la riqueza de estos pueblos, y recordar que ésta puede contribuir a mejorar nuestras vidas y las de todos, no sólo por lo que podemos aprender de ellos, sino por sus aportes para construir sociedades más equitativas, justas, innovadoras, y en equilibrio con la naturaleza.



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