Por María Josefina Arce.

El 2018 se avizora de grandes tensiones en Honduras, que concluyó el pasado año inmersa en violentas protestas, tras las elecciones presidenciales de noviembre último, en las que los resultados demoraron más de lo normal y finalmente beneficiaron al actual presidente Juan Orlando Hernández.

Finalmente el 18 de diciembre se proclamó ganador a Hernández con 42,95 por ciento de votos, y segundo a su rival Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, quien no aceptó los resultados y llamó a continuar las movilizaciones.

Unos 30 muertos dejaron los choques entre la policía y los manifestantes, quienes calificaron de fraudulentos unos comicios, en los que Hernández buscó la reelección que no está contemplada en la constitución de la nación centroamericana.

Sin embargo, en 2015 la Sala Constitucional dio lugar a un recurso presentado por un grupo de diputados oficialistas para declarar improcedente la prohibición constitucional, una atribución que, de acuerdo con la oposición, no tiene ese órgano jurídico, el cual por demás considera está bajo control del Ejecutivo.

Incluso la OEA, Organización de Estados Americanos, conocida por someterse a los dictados de Estados Unidos, pidió la repetición de las votaciones. Sin embargo, la propuesta fue rechazada por el gobierno y el árbitro electoral declaró vencedor a Hernández.

Al respecto, Manuel Zelaya, coordinador de la Alianza de Oposición a la Dictadura, afirmó que el gobernante, en complicidad con el controvertido Tribunal Supremo Electoral, fraguó un robo comicial para obtener la reelección.

Lo cierto es que la victoria de Hernández, declarada por el Tribunal Supremo Electoral, provocó una fuerte reacción en la población, sesenta por ciento de la cual vive en la pobreza y que no vio ninguna mejoría durante el primer mandato del actual presidente.

En la continuación de las protestas para este sábado hay convocada una movilización en la ciudad de San Pedro de Sula, en protesta por el fraude electoral y a favor de Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición a la Dictadura, el otro candidato en los comicios de noviembre último.

Para el venidero día 27 debe tomar juramento Hernández en lo que calificó como una breve ceremonia, pero Nasralla también afirmó que ese día tomará igualmente posesión del cargo durante un gran acto en un complejo deportivo.

“Yo empezaré a actuar como presidente electo de los hondureños, señaló Nasralla, quien afirmó que el 80 por ciento de los hondureños desea que Hernández abandoné la presidencia el 27 de enero, día en que está previsto la toma de posesión.

Enero puede ser un mes de definiciones para la crisis que vive Honduras, que desde los resultados de las elecciones, cuestionados por muchos no solo en el país, está dividida y es escenario de violentos choques.

El venidero día 27 debe quedar claro quién finalmente tomará las riendas del país, si se mantienen quienes no quieren abandonar el poder y continuar con sus prebendas, o se impone la voluntad de la inmensa mayoría, el pueblo, que clama por un efectivo cambio representado por Salvador Nasralla.