El espejismo roto de Estados Unidos

Editado por Maite González Martínez
2018-01-04 09:17:54

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp
Imagen /  El Robot Pescador

Por: Guillermo Alvarado

El ministerio de Relaciones Exteriores de Irán aconsejó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en lugar de perder el tiempo enviando mensajes con insultos a otros países haría mejor en atender los graves problemas de su nación, como la pobreza, las personas sin techo y la agobiante violencia.

Se trata de un consejo oportuno y para nada superficial. A mediados de diciembre un comunicado de Phillip Alston, relator especial de la ONU para la extrema pobreza, advertía que el país más rico del mundo y reputado como la “tierra de las oportunidades” se está convirtiendo muy rápido en el campeón de las desigualdades.

De acuerdo con el funcionario, 40 millones de estadounidenses viven en la pobreza, y de ellos 18 millones y medio están en la miseria, una estadística preocupante y que podría empeorar debido a las políticas domésticas que está impulsando el presidente Trump, de manera particular la reciente reforma fiscal que rebaja las obligaciones de los más ricos y recarga a las capas medias de la sociedad.

Quizás nada muestra con mayor crudeza este drama que el de los 550 mil habitantes del país norteño que carecen de vivienda y tienen que vivir en las calles o, si tienen suerte, pueden conseguir una cama en un albergue público, sobre todo en las áreas más afectadas por el invierno, como la ciudad de Nueva York, donde hay 76 mil personas sin techo.

La crisis de vivienda más fuerte ocurre, sin embargo, en la costa del pacífico, en Los Ángeles, Seattle, San Diego, San José y San Francisco.

En la ciudad angelina el número de personas en la calle creció 23 por ciento en un año hasta alcanzar la cifra de 58 mil habitantes, la mitad de ellos en las 50 manzanas que componen el barrio de Skid Row, uno de los escenarios de miseria y violencia más brutales de todo Estados Unidos.

El colmo allí es que las bandas que controlan la zona alquilan las aceras a los sin techo por precios que llegan hasta los 200 dólares mensuales para que puedan pernoctar y levanten sus miserables chabolas de cartones y pedazos de plástico.

Los más opulentos en esta especie de “Corte de los Milagros” estadounidense son quienes tienen el lujo de disponer de una carpa de campaña para vivir.

El trasiego de drogas, las violaciones y los homicidios son cotidianos ante la impasibilidad de las autoridades, que mantienen una política de no inmiscuirse.

Las causas de esta situación son múltiples según los especialistas, pero entre las más frecuentes figuran el aumento de la drogadicción, los efectos a largo plazo de la crisis económica con su estela de desempleo, el aumento desmesurado de los precios de la vivienda en el condado de Los Ángeles y la migración de otros sin techo que vienen de lugares donde la vida en las calles es aún más dura.

Por ello las soluciones también deben ser integrales. No se puede resolver la situación de los que están en la calle sin solucionar antes las razones que los enviaron allí, pero eso es difícil en un país donde los pobres son invisibles para el gobierno, en particular para el actual, que prefiere pasar el tiempo señalando y acusando a otros países, sin mirar lo que sucede hacia adentro, ejemplo viviente de aquel refrán popular que dice: “candil de la calle, oscuridad de su casa”.



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up