Un año en el que Trump se situó en la cresta de las llamas

Editado por Maite González Martínez
2018-01-19 08:07:30

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Por: Roberto Morejón

Revistas de Occidente recordaron el primer aniversario en el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, con expresivas ilustraciones sobre su tempestuosa ejecutoria.

El semanario alemán Der Spiegel y las estadounidenses Time y The New Yorker fueron punzantes al dibujar al magnate neoyorquino respectivamente como el último eslabón de la involución humana, un incendiario o quien cayó en un orificio abierto por él.

Durante su primer año de mandato, Trump desató tantas críticas como los millones de dólares atesorados en sus arcas.

Su gestión se caracterizó por la propensión al caos, estridencia, contradicciones, soberbia, egocentrismo y orfandad de información y argumentos claves.

Si bien el médico personal recibió la orden de ofrecer una imagen del Presidente como si su salud fuera la de un atleta, se reiteraron las menciones a una alegada incapacidad mental del inquilino de la Casa Blanca.

Muchos de los que defienden esa tesis, necesitada por supuesto de demostración, se sintieron alentados al enterarse de los vericuetos de la vida política de Trump, narrados en el exitoso y explosivo libro Fuego y furia, de Michael Wolff.

El volumen cuestiona la capacidad de gobernar de Trump, quien, NO por casualidad, trató infructuosamente de frenar la presentación.

Los críticos de Trump destacan su vehemente rechazo a los compromisos internacionales de Estados Unidos como el Acuerdo de París para luchar contra los efectos del cambio climático y el Tratado Transpacífico.

Además, Washington NO se ha retirado del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero amenaza con hacerlo si sus socios mexicanos y canadienses defienden sus intereses.

Otra línea de la sinuosa trayectoria del Presidente estadounidense fue la de imponer decisiones o hacer declaraciones racistas y xenófobas.

En materia internacional Trump llevó al paroxismo la crisis con Corea del Norte por el programa de armamentos de ese país, en lugar de insistir en la desnuclearización total de la península mediante el diálogo.

Igualmente amenazante se manifestó contra Irán, país que llegó a un pacto nuclear con varias potencias occidentales, y con Cuba, con el que revirtió un proceso encaminado hacia la normalización de relaciones bilaterales.

Con ese reprochado prontuario era lógico cosechar la anémica popularidad de 38 por ciento, la más baja de un presidente de Estados Unidos en su primer año.

Tal indicador presenta a Trump muy solo en un año difícil por las elecciones legislativas, pero el presidente asegura que hará valer sus facultades, porque según escribió en la red social Twitter él es “un genio muy estable”.



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