Cuba y su compromiso con la paz mundial

Editado por Maite González Martínez
2018-02-02 08:15:30

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Imagen/Radio Bayamo

Por María Josefina Arce.

Preservar la paz a nivel mundial ha sido desde enero de 1959 una de las premisas de Cuba, que en los últimos días se convirtió en el quinto país en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, suscrito por la nación caribeña en septiembre del pasado año.

Al depositar el instrumento de ratificación de ese tratado en una ceremonia oficial, la representante permanente de Cuba ante la ONU, Anayansi Rodríguez, afirmó que de esa forma su país demuestra su compromiso con la NO proliferación de esos dispositivos y de legar a las futuras generaciones un mundo mejor.

En numerosas ocasiones en foros internacionales, la Mayor de las Antillas ha advertido sobre la amenaza que representan las armas nucleares para la existencia de la especie humana, así como las consecuencias catastróficas de su empleo.

Asimismo ha calificado de inadmisible el actual escenario, marcado por la existencia de más de 15 mil ojivas nucleares, unas mil 800 de ellas listas para su uso.

El empleo de solo una de estas armas nucleares podría destruir una ciudad entera, matar a millones de personas y dañar al medio ambiente con la radiación y con esto también deteriorar la calidad de vida de las generaciones futuras.

La humanidad ya conoce los terribles efectos de este tipo de dispositivo. El lanzamiento por Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial de bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki supusieron la destrucción total de ambas urbes y la muerte de cientos de miles de personas.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, fue un ferviente defensor de la eliminación de esos artefactos. En una de sus reflexiones, publicadas por la prensa nacional y con gran eco en la internacional, señalaría“¡Tengamos el valor de proclamar que todas las armas nucleares o convencionales, todo lo que sirva para hacer guerra, deben desaparecer!”

Asimismo alertaría sobre el peligro de un invierno nuclear, teoría desarrollada por el científico norteamericano Alan Robock, quien ha manifestado que : “Si tales armas no existieran, no podrían ser utilizadas.,, es necesario destruirlas y así nos protegeríamos de los accidentes, los errores de cálculo o cualquier actitud demencial.”

Cuba a lo largo de décadas ha mantenido una postura firme y consecuente con la necesidad de eliminar estos dispositivos que atentan contra la paz mundial. Como presidente pro témpore de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, trabajó intensamente para aunar posiciones en la región a favor de preservar la paz y estabilidad regional.

Es así que en enero de 2014 en La Habana la CELAC declararía a América Latina y el Caribe como una zona de paz, que refleja el compromiso de los Estados del área de continuar promoviendo el desarme nuclear como objetivo prioritario.

Ahora con la ratificación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares muestra una vez más su voluntad política y el compromiso del Estado y el pueblo cubanos con el fortalecimiento y la consolidación de los tratados internacionales en materia de desarme.

Asimismo confirma su disposición de continuar trabajando en favor de lograr un mundo libre de esos destructivos armamentos, cuyo uso ha quedado claro puede significar el fin de la humanidad.



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