Por Guillermo Alvarado (RHC)
En un mundo donde se ha producido una profunda revolución en las tecnologías de la comunicación, la radio se mantiene como el medio más dinámico, atractivo y utilizado cada día por millones de personas para verse y reconocerse a sí mismas y, a la vez, para asomarse a lo que ocurre en los rincones más alejados del planeta.
Justamente esta doble función, de ventana y espejo, es una de las razones por las que se cuela en todos los hogares donde se vuelve compañía casi indispensable.
Como señala el mensaje de la ONU con motivo de celebrarse hoy, 13 de febrero, el Día Mundial de la Radio, nadie está solo si tiene a su lado un aparato receptor.
Sin importar qué actividad esté realizando, la señal estará siempre acompañándolo y cumpliendo, quizás sin usted darse cuenta, con la múltiple función de informar, formar, inconformar y transformar.
Así lo expresó Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Unesco, al afirmar que la radio contribuye a eliminar los estereotipos racistas y xenófobos.
Constituye una oportunidad para mantener viva la diversidad como factor que propicia el diálogo y la tolerancia.
Este año la fecha está dedicada a la radio deportiva, y en este sentido Azoylay lamentó que los medios apenas dedican el 4 por ciento de su programación a difundir el deporte femenino y que las mujeres, en general, sólo constituyen el 12 por ciento de la información deportiva.
Agregó la directora general de la Unesco que las organizaciones internacionales deben movilizarse para conseguir que la radio sea un medio cada vez más independiente y pluralista.
Es este también un día propicio para recordar y alentar el esfuerzo valiente y la dedicación que en muchos países pequeños y poco desarrollados realizan las pequeñas radios comunitarias, que trabajan en condiciones complejas, muchas veces enfrentando intereses de grandes corporaciones, de autoridades locales y de gobiernos, que ven con enfado cómo se difunden verdades que en ocasiones quisieran tener ocultas.
Viene a la mente en estos momentos el caso ilustrativo de la locutora indígena mexicana Marcela de Jesús Natalia, asesinada a tiros el 3 de junio pasado, justo cuando salía de la radio donde trabajaba en el municipio de Ometepec, en el estado de Guerrero.
Vaya pues, este 13 de febrero, nuestro abrazo fraterno a todos los colegas que hacen radio en los países de América Latina y El Caribe, en África y en las zonas más pobres del sureste asiático, de manera particular para aquellos que cumplen la noble tarea de informar y formar en condiciones de riesgo, sin el amparo de la ley o la justicia, pero que, enamorados de este bello medio de comunicación, continúan su labor de decir la verdad a toda costa, aún a la de su seguridad o integridad física. Para todos, un feliz Día Mundial de la Radio.
