Por Guillermo Alvarado

Con el pretexto de la convocatoria a las elecciones presidenciales el próximo 22 de abril en Venezuela, Estados Unidos y sus lacayos en la región, congregados en el llamado “grupo de Lima”, incrementan su discurso agresivo contra la Revolución Bolivariana y vierten toda clase de amenazas, desde el golpe de Estado hasta la intervención militar.

En esta dirección ocurrió una muy “democrática” reunión de los cancilleres de dicho grupo, quienes decidieron excluir al presidente Nicolás Maduro de la próxima Cumbre de las América, prevista para los días 13 y 14 de abril en la capital peruana.

Tal parece haber sido la instrucción dejada por el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, durante su reciente gira proconsular por varias capitales sudamericanas, donde tuvo el descaro de llamar de manera abierta a las fuerzas armadas venezolanas a deponer al gobierno de Maduro.

Lo que estos señores olvidaron decir es que la fecha del 22 de abril para los comicios presidenciales en la Patria de Bolívar fue consensuada con los grupos de la oposición. Más aún, fueron ellos mismos quienes la propusieron, según reciente revelación del ministro para la Comunicación y la Información, Jorge Rodríguez.

Cuando se abordó el tema de las elecciones, los opositores pidieron que fuesen el 19 de junio y la delegación del ejecutivo los anunció para el 4 de marzo, explicó Rodríguez. En ese momento la contraparte sugirió el 22 de abril y se aceptó realizarlos en esa fecha.

Entonces, ¿a qué viene la algarabía formada por esos gobiernos, entre los cuales hay algunos que deberían tener la cabeza escondida en algún lugar oscuro, como Brasil, con un presidente de facto, Guatemala, podrida en la corrupción, Honduras que protagonizó un bochornoso fraude electoral recientemente, México, uno de los más violentos del mundo, Colombia, incapaz de cumplir los acuerdos de paz firmados con la insurgencia, o el mismo Perú, cuyo presidente está logrando apenas escapar de las manos de la justicia?

¿Qué moral tienen estos gobiernos para andar dando lecciones de democracia, cuando ellos mismos necesitan una limpieza a fondo?

Pero no solo se limitan a tratar de impedir el acceso de Venezuela a la Cumbre de las Américas, sino que además están creando las condiciones para justificar una acción armada y abrirle las puertas al Comando Sur estadounidense.

No olvidemos que el Pentágono no tiene que hacer movimientos de tropas y medios hacia esa región, porque ya tiene en Colombia numerosas bases, desde donde puede alcanzar con facilidad a cualquier país, un tema del que lamentablemente se habla poco en estos días.

Estamos viviendo tiempos peligrosos, pues el enemigo se ha logrado colar dentro de la casa y amenaza con implosionar principios básicos de la convivencia, entre ellos la declaración de América Latina y El Caribe como zona de paz y la añeja, pero muy importante, doctrina de la no intervención en los asuntos internos de un país, por lo que ninguna advertencia es ociosa o está de más.