Por: Roberto Morejón 

Los italianos acuden a elecciones legislativas después de una campaña plagada de propuestas conservadoras y agobiados por la falta de oportunidades laborales, el insuficiente crecimiento económico y el descontento juvenil hacia la política tradicional.

País envejecido, la república peninsular tiene a dos millones de jóvenes sin trabajar o estudiar y muchos optan por emigrar.

Con marcadas desigualdades generacionales y extendida pobreza entre los segmentos de población más bisoños, Italia sufre un paro juvenil de 37 por ciento.

En una nación donde casi la mitad de las mujeres NO trabaja, prevalece la apatía de las más lozanas generaciones hacia la política tradicional.

Los problemas anteriores y otros también agudos estuvieron fuera de las campañas de los partidos y coaliciones en disputa de cara a los comicios, mientras que esas entidades optan por seducir a los mayores, tradicionalmente más inclinados a ir a las urnas.

En ese contexto afloran las alternativas de los movimientos más conservadores. Las encuestas otorgan opciones crecientes de voto al Movimiento 5
estrellas y al también conservador bloque de Forza Italia.

Asimismo destaca en el tablero político la agrupación de centro-izquierda encabezada por el gobernante Partido Democrático.

El Movimiento 5 estrellas infunde temor en sectores de Italia y fuera de ella por sus propuestas de derecha e impracticables, el populismo, la xenofobia y el recelo hacia el europeísmo.

También en el ala conservadora resurgió el incombustible ex primer ministro Silvio Berlusconi, uno de los empresarios más ricos de Italia e inhabilitado para volver a los cargos públicos por delitos de evasión fiscal.

A pesar de escándalos por su vida personal, Berlusconi intenta capitalizar con su coalición conservadora Forza Italia el descontento social, sobre todo de los jóvenes, y defiende un programa neoliberal.

La coalición del ex premier incluye a La Liga del Norte y a la pequeña formación ultraderechista Hermanos de Italia, nada entusiastas de la Unión Europea.

Las tres alas de la alianza sueñan con atraer los votos de los coetáneos deseosos de impedir el avance de los extremistas del Movimiento 5 estrellas.

La otra variante en liza es el gobernante Partido Demócrata liderado por el primer ministro Matteo Renzi, aunque con una baja en los sondeos.

A pocos días del ejercicio del sufragio, 35 por ciento de los 51 millones de electores convocados está indeciso, confundido por promesas pueriles e irrealizables de ciertos candidatos y la inexistencia de una figura política de consenso.

Y ese déficit invoca la trayectoria de un país que ha tenido 64 ejecutivos en 70 años y convirtió la crisis en un sistema de gobierno.