Cayò Kuczinsky, ¿y ahora qué?

Editado por Jessica Arroyo Malvarez
2018-03-22 11:03:35

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Foto:Reuters

Enredado en sus propias trampas y ante su inminente destitución en el organismo legislativo, el presidente de Perú Pedro Pablo Kuczinsky, más conocido como PPK, presentó la víspera su renuncia si bien insistió hasta el último momento en señalar que es una víctima inocente de una conspiración de sus adversarios políticos.

Recordemos que en la madrugada del 22 de diciembre del año pasado el ahora ex jefe de Estado peruano escapó por los pelos de una situación similar, cuando recurrió a un sucio canje de votos con el partido del opositor Kenji Fujimori para mantenerse en el sillón presidencial.

El objetivo de esta negociación fue el antiguo presidente Alberto Fujimori, quien ante el estupor y la cólera de buena parte de la población, recibió un indulto dos días después y salió de la cárcel donde purgaba una condena por violaciones a los derechos humanos.

Si PPK pensó que había logrado su salvación definitiva, cometió un craso error. La red internacional de corrupción que tejió la empresa constructora brasileña Odebrecht lo tocó muy de cerca desde cuando era ministro de Economía y había poca gente dispuesta a olvidar que firmas vinculadas a su nombre recibieron hasta cinco millones de dólares por supuestas asesorías.

El tema volvió de nuevo al legislativo, donde se aceptó discutir y votar la destitución del presidente por incapacidad moral. La sesión clave tendría lugar este jueves, pero la víspera ocurrió un inesperado detonante que precipitó la renuncia.

Curiosamente los protagonistas fueron otra vez los vástagos de Fujimori, solo que ahora en lugar de rescatarlo, lo hundieron definitivamente cuando salieron a luz los llamados “kenjivideos”, donde se muestra a legisladores comprando votos a favor de PPK, a cambio de obras públicas en determinados distritos.

La indignación fue tan grande que unos cien diputados dijeron estar dispuestos a exigir la destitución del presidente, cifra muy superior a los 87 necesarios.

Ahora bien, la gente se pregunta que va a pasar en lo adelante. De acuerdo con la Constitución le correspondería ocupar el cargo al primer vicepresidente, Martín Vizcarra, actualmente embajador de Perú en Canadá y con nula experiencia en materia de administración pública.

En caso de que Vizcarra no acepte, entonces la siguiente en la línea de sucesión es la segunda vicepresidenta y primera ministra, Mercedes Aráoz, una feroz defensora de Kuczinsky y su línea neoliberal.

La tercera opción es el presidente del Congreso, Luis Lagarreta, quien tendría que convocar a elecciones en el plazo de un año para llenar definitivamente la vacante.

En todo caso, el tiempo apremia pues Perú está a las puertas de celebrar la VIII Cumbre de las Américas, un evento que el mismo PPK se encargó de envenenar cuando excluyó de los invitados al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

El próximo gobernante tendrá que cargar, además, con la continuación del escándalo Odebrecht pues los problemas de Kuczinsky no terminan con la renuncia. En lugar del sillón presidencial su próximo asiento podría ser el banquillo de los acusados y de allí, quizás, a la prisión, que es lo que le correspondería si lo hallan culpable.



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