Las dos varas nucleares de Estados Unidos

Editado por Maite González Martínez
2018-05-22 10:33:14

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo/internet)

Por: Guillermo Alvarado

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, descartó definitivamente renegociar el Acuerdo Nuclear que las principales potencias del mundo firmaron con Irán en 2015 y amenazó al país persa con abrumadoras sanciones, a menos que acepte un nuevo pacto de condiciones claramente leoninas.

El anuncio lo hizo el nuevo secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, quien definió doce condiciones que debería, según Washington, cumplir Teherán para poner fin a las medidas punitivas y normalizar las relaciones.

Además del final del programa nuclear, incluido el enriquecimiento de uranio, ni siquiera al 3.67 por ciento aceptado en el acuerdo original, el gobierno iraní debería cerrar su única planta de agua pesada, desmantelar su sistema balístico de defensa y adoptar otras caprichosas exigencias que atentan contra la soberanía, la dignidad nacional y la independencia.

Se nota que Pompeo se está estrenando en las relaciones internacionales con notables aires de procónsul y digno empleado de Trump, ambos ignorantes por completo de lo que significa la convivencia pacífica y civilizada entre las naciones.

Lo que llama poderosamente la atención es que este nuevo hostigamiento contra el llamado programa nuclear iraní, que ya se demostró hasta la saciedad que no tiene componentes militares, venga precisamente de un país que cuenta con un enorme arsenal de armas atómicas, capaces de destruir, no una, sino decenas de veces la vida en el globo terráqueo.

De acuerdo con informaciones oficiales del mismo Estados Unidos, difundidas por la Asociación de Control de Armas, la nación norteña tiene en estos momentos cuatro mil ojivas depositadas en almacenes dentro de su territorio, más otras dos mil 800 que están en espera de ser desmanteladas para cumplir con el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, el llamado START III, firmado en Praga en 2010.

Pero a ello hay que sumarle mil 367 más que están desplegadas ya sea en bases extranjeras, de las conocidas y algunas clandestinas, en aviones estratégicos, submarinos y otros medios de lanzamiento y que constituyen la principal fuente de preocupación porque están dispuestas a ser utilizadas en cualquier momento.

Es verdad que Rusia cuenta con un potencial similar o ligeramente superior, pero su gobierno no amenaza a nadie con esas armas y ha mostrado disposición a negociar una reducción significativa, mientras el presidente Trump, por el contrario, expresó su deseo de modernizar e incrementar sus ojivas.

No vamos a caer detrás de ningún país, incluso si es amigo, dijo el jefe de la casa blanca según la agencia británica de noticias Reuters.

Cada bomba atómica es un peligro, esté donde esté, porque una sola de ellas puede borrar del mapa a millones de personas. Pero cuando una gran potencia como Estados Unidos está gobernada por una persona tan compleja e imprevisible como Donald Trump, esa amenaza se multiplica por diez.

¿Por qué Estados Unidos no se mide a sí mismo con la misma vara con que mide a Irán? A fin de cuentas, es el único país que en la historia ha utilizado, no una, sino dos veces, esos mortales artefactos.



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