Maduro emprende con nuevos aires etapa post electoral en Venezuela

Editado por Maite González Martínez
2018-06-15 08:23:17

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Nicolás Maduro nombra vicepresidenta a Delcy Rodríguez. Foto/ Revista Estrategia & Negocios

Por: Roberto Morejón

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, prosiguió con su estrategia renovadora y en pos del diálogo nacional después de su reelección el 20 de mayo, al cambiar su equipo ministerial, y promover a la conocida Delcy Rodríguez.

La victoria de Maduro en los comicios representó la cuarta desde 2017, porque antes el chavismo triunfó para la integración de la Asamblea Nacional Constituyente y en las elecciones de gobernadores y municipales.

Con ese capital político, Maduro enfatiza después del 20 de mayo en la transformación del modelo dependiente del petróleo y en la ruptura del cerco de la derecha internacional asociado a la guerra económica.

En ese contexto se inscriben los más recientes nombramientos de ministros, entre los que destaca el alto número de mujeres, y la promoción de la titular de la Asamblea Nacional Constituyente Delcy Rodríguez a la vicepresidencia ejecutiva de la nación.

Valiente, aguerrida, hija de mártir, revolucionaria y probada en mil batallas. Así presentó el Jefe de Estado a quien fue canciller desde 2014 a 2017 y protagonizó encendidos careos en la desprestigiada OEA y el MERCOSUR.

Enérgica frente los desmanes de la oposición durante la insurrección callejera de 2017, sutil emprendedora del diálogo con la oposición junto a su hermano Jorge Rodríguez, la mujer de perdurable sonrisa, Delcy Rodríguez, sustituyó a Tarek El Aissami.

El hasta ahora vicepresidente ejecutivo encabezará el recién creado Ministerio de Industrias y Producción, como indicador de los esfuerzos del gobierno venezolano por solventar la crisis económica, inducida esencialmente desde fuera.

Tanto Maduro como sus colaboradores deben atender las menguantes disponibilidades de alimentos y fármacos, la alta inflación, la caída en la reserva de divisas y el imperativo de poner en marcha planes agrícolas, de pesca, salud y turismo.

Venezuela está obligada incluso a reanimar su producción petrolera y sostener las misiones sociales que tanto agradecen los ciudadanos de menos recursos.

Para lograrlo, Maduro se propone un respiro en las ríspidas relaciones con la oposición beligerante, atormentada por sus divisiones internas, pero apuntalada por Estados Unidos y el desestabilizador Grupo de Lima.

Esos mismos antagonistas percibieron una muestra de los deseos del gobierno de buscar la pacificación al conocer sobre la liberación de 43 presos responsables de la violencia política.

El presidente Maduro, quien conversó con la jerarquía de la iglesia católica y antes con un representante del legislativo estadounidense, tiende un ramo de olivo sin bajar la guardia en la defensa de la Revolución o descuidar la unidad cívico-militar.



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