López Obrador: La austeridad empieza por casa

Editado por Martha Ríos
2018-07-19 14:11:37

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López Obrador instrumentará acciones para reducir la profunda brecha salarial. Foto: Archivo

Por Roberto Morejón (RHC)

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, pudo hacer un alto en su agitada vida política para celebrar su aplastante triunfo en los comicios recientes, pero continuó con su trabajo y perfila estrategias, como la austeridad republicana.

La línea maestra así denominada está enfilada contra los desmanes de los políticos y descansa en el plan de austeridad, recientemente esbozado a través de 50 puntos que han generado expectación.

Previsto para frenar la galopante corrupción y los privilegios, el programa de limitación de gastos favorecerá la implantación de proyectos prometidos en campaña, entre ellos la pensión universal para adultos mayores y las becas para jóvenes.

Muchos se preguntaron de dónde sacaría el dinero el candidato triunfador más conocido por sus siglas AMLO. El aludido respondió con el esbozo de un drástico esquema de severidad financiera que atañe a la alta política y al gobierno para captar ahorros.

El líder tabasqueño se colocó entre los primeros que sufrirá rebajas, pues ganará 40 por ciento del salario fijado para los Jefes de Estado.

Además, penalizará fuertemente el tráfico de influencias y reformará la Constitución para que el presidente de la nación pueda ser juzgado por delitos de corrupción.

La estrategia del venidero primer mandatario mexicano alentará la transparencia y legalidad de las obras públicas, prohibirá la convivencia entre funcionarios y contratistas y reducirá el personal de confianza en el gobierno.

La sangría en publicidad oficial, uno de los temas más cuestionados al gobierno saliente, también tendrá una mutilación en el colindante sexenio.

López Obrador instrumentará asimismo acciones para reducir la profunda brecha salarial de hasta 17 veces entre los altos cargos y los empleados y limitará guardaespaldas, asesores y viajes al extranjero de los jerarcas públicos.  

El candidato de la coalición Juntos haremos historia sabe que tocará los bolsillos de vastos segmentos de la burocracia mexicana que sentirán malestar.

Pero cuenta con un apoyo que solo en el campo asciende a casi 48 por ciento, además de mayoría en el legislativo.
Sin embargo, está decidido a NO imponer sus decretos sino a dialogar, y si NO hay acuerdo recurrir a instancias judiciales.

México se avecina a una fase inédita después de 30 años de neoliberalismo porque un hombre de izquierda, NO anticapitalista, fortalecerá el papel del Estado como garante del patrocinio social.

Se avizora el enfrentamiento al abuso de los funcionarios y una sintonía con las demandas de la población más vulnerable, sin convertirse en un hombre milagroso, como algunos desposeídos han mitificado la figura de AMLO.

 



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