USA contra Cuba: el capítulo de las ondas electromagnéticas

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-09-07 09:05:22

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Estados Unidos armó una oscura trama para explicar lo que sus voceros calificaron de “ataques sónicos” sufridos, según su juicio, por diplomáticos de esa nacionalidad en Cuba, pero ante la pobre fundamentación y escasa credibilidad, varió el supuesto origen de los padecimientos.

Si bien en 2017 el gobierno estadounidense mostró a sus diplomáticos en La Habana como alegadas “víctimas” de “armas sónicas”, después buscó otras alternativas para sustentar lo inexplicable.

Es lo que ocurre cuando según The New York Times el doctor Douglas Smith, director del Centro de Lesión Cerebral y Reparación de la Universidad de Pensilvania, afirmó que los diplomáticos estadounidenses recibieron en esta capital lesiones provocadas por ataques de microondas.

Se trataría de ondas electromagnéticas de determinado rango, aunque con rapidez un conocido neurólogo cubano, Mitchell Valdés-Sosa, refutó la caprichosa apreciación.

El erudito antillano explicó que un arma de microondas funciona solo a corta distancia y ninguno de los representantes estadounidenses en La Habana informó haber visto a los aducidos autores.

La tesis de la utilización de las microondas es vista por analistas como una táctica desesperada para acuñar los incidentes de salud, cuyas pruebas siguen sin aparecer, al igual que las invocadas víctimas, nunca sometidas al escrutinio de expertos de Cuba, terceras naciones y la prensa.

Los pretendidos sucesos de salud a los cuales apeló la administración de Donald Trump para reducir su personal oficial en La Habana y hacer lo mismo con el cubano en Washington, siguen sin ser creíbles y más inverosímil aún es cualquier participación de la mayor de las Antillas.

Tampoco se revelan evidencias palpables en relación con las huellas dejadas por los conjeturados casos en el personal referido y la razón por la que habría sido elegido como blanco.

El Departamento norteamericano de Estado parece extraviado al tratar de afianzar la invectiva.

El doctor Charles Rosenfarb, adscripto a esa dependencia, admitió: “No existe un mecanismo obvio que nosotros conozcamos que pueda provocar estas lesiones” y apuntó: “son una constelación de síntomas única sin una causa obvia”.

Cuba destaca la carencia de pruebas fidedignas sobre la ocurrencia de los dudosos ataques acústicos y los señala como pretexto de la administración Trump para revertir el proceso de normalización de relaciones bilaterales.

Cuba no atacó a ningún diplomático extranjero y nunca lo hará.

No es con teorías carentes de veracidad científica -como la de las microondas- como Washington va a poder explicar la naturaleza de los confusos incidentes de salud.



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