Bolton quiso desviar la atención del debate en la ONU

Editado por Maite González Martínez
2018-11-02 08:54:02

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John Bolton, asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos. Foto/ El Diario.

Por: Roberto Morejón

Uno de los halcones de la administración estadounidense, el consejero de seguridad nacional John Bolton, pronunció en Miami un insultante y descompuesto discurso, entre cuyos ejes figuró Cuba, como un complemento del monólogo de su patrón, en junio de 2017, en la misma ciudad.

El presidente Donald Trump habló en esa última fecha ante rabiosos contrarrevolucionarios cubanos, quienes ovacionaron al incoherente orador por falsear la historia de la mayor de las Antillas y advertir sobre nuevas sanciones.

Ahora Bolton, un fiel asesor de Trump para las peores aventuras como la embestida hacia Irán, arremetió en Miami contra Cuba para complementar los delirios del presidente.

De paso, informó sobre sanciones adicionales a empresas de la mayor de las Antillas, con las cuales los estadounidenses NO podrán tener contactos.

Una lista inicial con igual objetivo fue difundida el 8 de noviembre de 2017 como parte de los obstáculos a los viajes y el comercio de Estados Unidos con la nación caribeña.

Mientras atacaba desaforadamente a líderes de Cuba, Nicaragua y Venezuela y notificaba penalizaciones adicionales contra Caracas, Bolton seguramente imaginaba atraer así el voto de los cubanos con nacionalidad estadounidense, de cara a los comicios legislativos en Estados Unidos.

De manera que sus imprecaciones tenían un objetivo oportunista aparte de reafirmar el plan de la administración de borrar vestigios del proceso de normalización de relaciones entre los dos países, iniciado bajo el mandato del expresidente Barack Obama.

O sea, Bolton, a tono con su filiación ultraconservadora, abogó por el aumento de la hostilidad para hacer más complejas las relaciones con Cuba, en detrimento de un mensaje reiterado por La Habana de disposición al diálogo, con respeto a la independencia y soberanía y en condiciones de igualdad.

Claro, la desproporcionada pieza oratoria del Consejero fue programada en un día especial con toda intención, porque la Casa Blanca pretendía desviar la atención de una presumible votación mayoritaria en la ONU de condena al bloqueo del país norteño contra Cuba.

El desenlace del debate en la Asamblea General de la ONU instó a Washington por vigésimo séptima ocasión a cesar el cerco, el mismo que Bolton anuncia que proseguirá a menos que, según su óptica, Cuba abandone su sistema político y económico.

Como los cubanos han reiterado, esa posibilidad está descartada. Si empleamos un término acuñado por el Consejero, podríamos decir que la troika integrada por Bolton, Mike Pence y Marco Rubio, y su jefe, el magnate inmobiliario, chocarán con la renovada resistencia de los cubanos ante las nuevas sanciones y otras que, según el asesor, estudiarían.



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