EE.UU. inspecciona derechos humanos en el mundo, pero no los cumple

Editado por Maite González Martínez
2018-12-14 08:16:20

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Por: Roberto Morejón

La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, aumenta su ofensiva en materia de derechos humanos contra naciones a las que hostiga, como si la trayectoria local fuera impoluta.

Ese país, capaz de convertir su ilegal base en Guantánamo en campo de detención y tortura, ultraja las prerrogativas ciudadanas de los inmigrantes.

Desde su obsesión por levantar un muro en la frontera con México hasta la expulsión de inmigrantes y detención de otros, inclusive niños, la Casa Blanca desborda los límites del respeto al derecho a viajar.

Trump desplegó miles de efectivos militares para atemorizar a los integrantes de caravanas de migrantes que huyen de la pobreza y la violencia.

El magnate inmobiliario decidió detener a miles de familias de migrantes que ingresaron desde México y luego las separó, para a la postre enviar a los niños a centros de hacinamiento.

Duramente criticado por el castigo a esos infantes, Trump desistió de apartarlos, pero procesa lentamente las solicitudes de los viajeros deseosos de trabajar en la rica nación.

El lenguaje de odio y el alistamiento de maquinarias represivas anti-inmigrantes pusieron en duda la alegada preocupación en Washington sobre el acatamiento de los derechos humanos.

Igualmente condenable es el papel de los militares estadounidenses en Siria donde acudieron sin autorización de Damasco.

La llamada coalición internacional encabezada por Estados Unidos dice atacar bases del autodenominado Estado Islámico y provoca bajas en la población civil, como ocurrió el 21 de marzo de 2017 cuando aviones masacraron a 150 personas, sobre todo niños, en una escuela.

El mismo gobierno defiende los crímenes de Israel y se retiró del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas porque, según afirma, esa entidad se parcializa contra el régimen sionista.

Hacia el interior de la sociedad norteña NO se muestran mejorías en el trato hacia las minorías.

Un informe de China basado en datos de 2017 reflejó que los afroamericanos recibieron sentencias en promedio de 19 por ciento más altas que los blancos por delitos similares.

Los escándalos sobre acoso sexual en la industria cinematográfica cobraron actualidad.

El movimiento social Metoo ganó terreno en redes sociales para alentar la protesta de las mujeres víctimas de malos tratos.

Ante esos desmanes, la administración Trump se desentiende y acusa a otros países, como hizo recientemente el secretario Mike Pompeo con Cuba.

Estados Unidos se presenta como autoridad suprema para denunciar los supuestos atentados en otros países a la dignidad humana cuando el historial autóctono declina acentuadamente.



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