Se desangra la Amazonía

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-12-15 08:23:25

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

Por: María Josefina Arce.

Calificada en 2011 como una de las siete maravillas naturales del mundo, la Amazonía tiene el bosque tropical más extenso del planeta, repartido entre nueve países. Existen en ella innumerables especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.

Pero el denominado pulmón del planeta se ve hoy seriamente amenazado. Las acciones de las grandes transnacionales le han infligido graves daños ambientales que afectan no solo su rica biodiversidad, sino que pone en peligro la salud de las comunidades indígenas que la habitan.

La tala indiscriminada de sus árboles, la contaminación de sus aguas con dióxido de aluminio, las acciones extractivas de grandes empresas mineras y las de carácter ilegal están provocando grandes daños en la Amazonía y serios problemas de salud entre sus habitantes.

Organizaciones sociales de Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela aseguran que la región está siendo saqueada por la minería ilegal, una actividad que ha ido creciendo en los últimos años a causa del precio del oro.

Un estudio de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, creada en 2007, confirmó la existencia en la zona de más de dos MIL minas clandestinas, fundamentalmente en Venezuela y Brasil, de minerales como oro, diamantes y coltán, muy utilizado este último en las telecomunicaciones, microelectrónica y la industria aeroespacial.

Los expertos coinciden en que estas actividades ilegales se caracterizan por sus prácticas insostenibles. Se realizan principalmente a través de balsas y de dragas, que tienen efectos ambientales sobre el lecho de los ríos, y una mala utilización del mercurio, lo que está generando daños a la salud de las poblaciones locales.

La acumulación del mercurio en los tejidos humanos afecta el sistema nervioso central, causando problemas de orden cognitivo y motor, pérdida de visión y enfermedades cardíacas, entre otras afecciones.

Una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica de 2017 reveló que por ejemplo, en Perú ya los niveles de mercurio en peces son un 43 % mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros.

El panorama es bien complejo, pues de las 649 áreas naturales protegidas a lo largo de la Amazonía, 55 albergan puntos de minería ilegal y 41 sufren daños directos. Y por si eso no bastara de los más de seis MIL territorios indígenas, 78 padecen por actividades mineras en su entorno.

La Amazonía enfrenta una seria situación, que podría empeorar sobre todo en la zona que comprende a Brasil, pues el presidente electo de esa nación anunció que prevé cambiar las políticas ambientales dictadas por el Instituto brasileño del Medio Ambiente y de los recursos naturales renovables por considerar que son estrictas y no permiten acciones de deforestación y otras prácticas en las reservas indígenas.

Un serio riesgo corre la Amazonía y toda la rica y variada vida que alberga, ante la mirada indolente de algunos que en su afán de llevar adelante lucrativos negocios, no dudan en amenazar el equilibrio climático que mantiene el llamado pulmón del planeta.



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up