Cuba, libertad afianzada

Editado por Maite González Martínez
2019-01-09 07:43:22

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo)

Por: Roberto Morejón

Los cubanos de todas las generaciones vibran cuando cada año se reedita simbólicamente la Caravana de la Libertad, la misma que comandada por el líder histórico Fidel Castro siguió una prolongada ruta, de oriente a occidente, en enero de 1959, como colofón de la victoria revolucionaria.

Cuando los rebeldes entraron a las ciudades liberadas tras el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista se manifestó el tributo de los pobladores y la esperanza de que, al fin, podría vislumbrarse un futuro con justicia.

Sesenta años después de aquella marcha de vehículos con los barbudos agitando sus brazos para saludar a quienes en las comunidades les manifestaban alegría y gratitud, los cubanos rememoraron el acontecimiento  con actos políticos y culturales.

Como es tradicional, centenares de jóvenes se vistieron con los uniformes del Ejército Rebelde y recorrieron el mismo largo trayecto de los alzados de la Sierra Maestra.

Se trata de una muestra de la continuidad de aquel hecho presente, cuando se construye un proyecto de justicia social en busca del bienestar y la prosperidad para todos.

Los índices económicos, sociales y culturales de Cuba en 1959 distan abrumadoramente de los exhibidos hoy, cuando, por ejemplo, más de 13 mil centros de salud dan cobertura gratuita a todos los ciudadanos y hay plena secuencia de estudios para el final de los ciclos de la enseñanza.

Conocidos por su elevada instrucción, los cubanos aun luchan por ser mejores ciudadanos, vencer las dificultades materiales y los efectos del bloqueo estadounidense y expandir su ya proverbial espíritu solidario.

En ellos perviven las ideas del autor del alegato “La historia me absolverá”, como se puso de relieve al paso de la simbólica Caravana de la Libertad de 2019.

Fue el jefe de los expedicionarios del Granma quien luego de encabezar una cruzada antidictatorial pronunció en La Habana un memorable discurso el 8 de enero de mil 959, sin recobrarse del largo viaje desde el oriente.

Ese día, Fidel Castro destacó que mientras el pueblo se alegraba por la victoria, mayor era la preocupación de los revolucionarios, porque ---dijo--- “más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba”.

Las nuevas generaciones, que no habían nacido cuando los insurrectos victoriosos recorrieron el archipiélago, asumen hoy resortes de dirección y confirman su responsabilidad ante los compatriotas para proseguir la materialización de un propósito, de raigambre nacional,
con significado e identidad propios.



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