Crece abismo entre ricos y pobres

Editado por Maite González Martínez
2019-01-24 10:21:19

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Por: Guillermo Alvarado

El abismo, porque ya no es una brecha, entre los más ricos y los pobres crece de una manera inusitada en un mundo desequilibrado e injusto donde los recursos se concentran cada vez más en un pequeño grupo de privilegiados, mientras la mayoría pasa enormes trabajos para sobrevivir cada día y muchos no lo consiguen.

Un reciente informe de la organización humanitaria británica OXFAM, elaborado con motivo de la cumbre de Davos, Suiza, señala que la fortuna de los multimillonarios creció durante 2018 en la astronómica cifra de 900 mil millones de dólares, es decir unos 2 mil 500 millones cada día.

Para que se tenga una idea, el presupuesto programado en Haití para 2018-2019 suma poco más de 2 mil 293 millones de dólares, lo que quiere decir que los más ricos del mundo ganan en un solo día, más de lo que el país caribeño destinará para sus gastos durante todo un año.

Si se suma la fortuna de los 26 hombres más adinerados del orbe, esta es superior a los bienes que poseen 3 mil 800 millones de personas que viven en la pobreza y que representan la mitad de la población mundial.

Las cifras no sólo son asombrosas, sino que insultantes y demuestran que vivimos bajo un sistema donde el afán de lucro y la acumulación de riquezas constituyen el valor fundamental, en detrimento de la salud, el bienestar y la vida misma de los demás seres humanos que con su miseria financian la opulencia de otros.

Conviene recordar que las desigualdades no son una casualidad, que ser pobre no es una opción o una fatalidad social o geográfica. Son el resultado de un sistema organizado al más mínimo detalle para que todo ocurra así.

Desde la lógica neoliberal, en boga hoy día, el gobierno no manda, sino que apenas administra lo que es propiedad de pocos. Así se justifica la paradoja de que mientras se reducen los tributos para las grandes fortunas y los beneficios de las transnacionales, se incrementan, sea por vía indirecta o directa, para los trabajadores con lo que se pervierte uno de los principios de la teoría clásica de los impuestos, que es la proporcionalidad. Ahora la regla es que el que más tiene, menos paga.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam, denunció que el abismo creciente entre ricos y pobres obstaculiza la lucha contra la pobreza, daña la economía e incrementa la rabia en el mundo.

Dos ejemplos en escenarios totalmente diferentes son la explosión de los chalecos amarillos en Francia y las caravanas de migrantes centroamericanos, fenómenos de forma muy distinta pero con una misma raíz, la cólera de los desposeídos.

Otro dato que uno no sabe si da rabia o da asco, o quizás las dos cosas, es que el número de multimillonarios se duplicó desde el inicio de la crisis financiera global de 2008. Mientras la mayoría lo perdió todo, unos pocos lo ganaron todo, lo cual demuestra que la crisis fue un excelente negocio para algunos. Cosas veredes, amigo Sancho, como dijo ese magnífico iluminado que fue Don Quijote de la Mancha.



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