Cárdenas, una ciudad que batalla contra el tiempo

Editado por María Candela
2019-03-17 12:46:00

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Mucho se habla y, es cierto, sobre la identidad de las ciudades, porque estas poseen la capacidad de proporcionarnos algo a todos sus habitantes.

Eso ocurre con mi natal Cárdenas, fundada el 8 de marzo, hace 191 años, en el hoy occidental territorio de Matanzas.

Gozó en su tiempo de ser una de las más prósperas del centro del país y es célebre por sus primicias, sus tesoros patrimoniales, sus joyas arquitectónicas y sus ilustres hijos.

La riqueza atesorada por los cardenenses les permitió edificar teatros y liceos, fundar sociedades e instituciones de primer orden, y se ganó la justa fama de población culta e ilustrada y de sobrenombres como la Holanda de América, la Ciudad Americana o la Barcelona de las Antillas.

Recientemente un colega de ese territorio alertó acerca del caos que se apodera de sus adoquinadas calles en proceso de ruralización, como desafiándolo, entre otras calamidades.

En uno de sus párrafos expuso con angustia: “lo cierto es que Cárdenas, la original se va, se escapa, un pedazo cada día, como en cámara lenta, víctima de una enfermedad curable, pero solo con el adecuado tratamiento”.

Mientras, con tristeza escucho lo que ya es común definición en las conversaciones con mis coterráneos: algunos enojados y otros lánguidos narran una urbe que padece “los embates del tiempo y la disidia de los humanos”.

El colega alegó razones que valoran el cuidado patrimonial como algo que no permite espera y cuestionó la “refundación” de la ciudad, un hecho demasiado demorado.

Mientras, ya se procura salvar primero una zona priorizada para la conservación, las labores se eternizan y se ignora si faltan brazos o recursos.

Cárdenas cuenta ya con una filial que desarrolle a largo plazo el rescate y la conservación de los valores arquitectónicos, históricos y patrimoniales informó hace pocos días Leonel Pérez Orozco, conservador de la Ciudad de Matanzas.

“Se impone desarrollar un estudio profundo que nos permita plantear, dirigir y organizar una estrategia conservacionista encaminada a la historia de la ciudad de Cárdenas”.

Se trata de una estrategia conservacionista para una urbe moderna, con vistas a su 200 años, previo un profundo estudio, sin perder sus esencias histórica, neoclásica y artística que la distinguen, expresó Pérez Orozco.

“Destacamos el año 1850, cuando Narciso López toma la Casa de Gobierno y se produce el izamiento por primera vez en suelo cubano de la bandera que se adoptó después como la enseña nacional.

“Un elemento identitario de la ciudad y de Cuba es el edificio de La Dominica, donde se enarboló por vez primera la bandera nacional en suelo patrio, el 19 de mayo de 1850, adoptada en la Asamblea de Guáimaro, en 1869, como enseña de la República en Armas”.

La Dominica

La plaza de La Dominica que ya cuenta con un proyecto para su restauración y la plaza de Colón, Monumento Local.

“Desde estos tres enclaves se articula la primera etapa de las labores de restauración. Incluimos el Monumento a la Bandera con el frente marítimo de la ciudad. Allí se encuentran también el espigón y la antigua casa social de obreros de Arrechavala.

“Fundamentales son el museo Oscar María de Rojas, A la Batalla de Ideas, fundado por Fidel en el inmueble que perteneció al Cuerpo de Bomberos, la Casa Natal de José Antonio Echeverría, la Iglesia Parroquial y el cine, muestra del estilo modernista”.

La Plaza Malakov, construida en 1859 como centro comercial, necesita su refuncionalización manteniendo el empaque del siglo XIX, con ciertas dosis de modernidad.

La reconceptualización de esa área se establece a partir de un paseo marítimo para retomar la necesaria conexión con el mar de una ciudad que le restó el espacio al mar y creció junto a él.
T
rabajaremos en 3 etapas y ahora nos encontramos en la primera. La segunda comenzará en el 195 aniversario y la tercera culminará en el 2028, con el bicentenario, inicio de esta experiencia, según explicó Pérez Orozco.

A LA ESPERA

Lo hermoso y ambicioso de los proyectos se unen a la demora de un sitio que se busca lazarlo como producto turístico, poseedor de riquezas patrimoniales, ambientales y particularidades propias del territorio con más de 100 primicias.

Quizás esa pueda ser una razón de peso, a la espera, para que lo macro esté todavía en cartera de quienes tienen la misión de hacer de nuestra querida urbe un destino cultural.

Pienso si ¿debemos sumarnos, entonces, a analizar tales objetivos o asumir el turismo como avances y no en detrimento de la identidad?

Lo cierto es que Cárdenas sigue en tiempo de urgencias, según nacionales y foráneos, y sus moradores piden a voces que no se dilaten las obras que la reanimen para salvar su memoria.
 



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