Puerto Rico sufre el regateo de Trump sobre entrega de recursos

Editado por Maite González Martínez
2019-03-29 07:47:04

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo)

Por: Roberto Morejón

Puerto Rico sigue en la recuperación por los graves daños sufridos tras el paso del huracán María en septiembre de 2017 y los habitantes de la isla están irritados porque el presidente estadounidense, Donald Trump, escatima el socorro financiero.

En correspondencia con la condición de Estado Libre Asociado de la ínsula, la administración republicana actual debió mostrarse más ágil y espléndida a la hora de extender recursos a los damnificados de la tormenta.

Pero el magnate inmobiliario encolerizó en un reciente encuentro con legisladores porque en su opinión los puertorriqueños exageran en sus demandas de ayuda.

El estadista que dice que la Isla del Encanto pide mucho ordenó a sus subalternos aplazar una reunión con el gobernador insular, Pedro Roselló, interesado en analizar la demora en la colaboración.

Algunas fuentes aseguran que el inquilino de la Casa Blanca pidió frenar la asistencia de emergencia a Puerto Rico y solo accedería a 600 millones de dólares en alimentos pendientes de concretar en el Congreso o a fondos dirigidos a mejorar la vapuleada red eléctrica de Borínquen.

Es evidente que Trump NI siquiera se siente aludido cuando lo increpan por su indiferencia ante la devastación en el territorio caribeño.

Él llegó a decir sin sonrojarse que la ayuda de su país a Puerto Rico por la crisis podría calificarse de fantástica.

Para la legisladora demócrata Sylvia García, el auxilio entregado por Estados Unidos a Puerto Rico es más lento en comparación con otras jurisdicciones de la Unión asoladas por desastres naturales.

Las estadísticas respaldan la tesis de la congresista porque Donald Trump envió más contribuciones a las víctimas del huracán Harvey en Texas que a las de Puerto Rico, y la ruina en este último lugar fue más profunda.

Esa desproporción la impuso el mismo gobernante que fue a San Juan dos semanas después del cataclismo natural y cuestionó las cifras de los daños presentadas por las autoridades locales, para luego lanzar al auditorio rollos de papel sanitario, como señal de su supuesta solidaridad.

Nos referimos al Jefe de Estado empeñado en negar la cifra de 3 mil muertos dejados por el huracán en Puerto Rico, y NO 64 como dijeron al inicio, según un minucioso estudio elaborado por la Universidad George Washington.

Hablamos del presidente empeñado en construir un muro oneroso en la frontera con México y robustece su política de tolerancia cero a los inmigrantes, a quienes califica de delincuentes y violadores.

Despierta entonces la sospecha si el gobernante estadounidense regatea recursos a una isla devastada porque allí residen latinos imposibilitados de votar en las elecciones de Estados Unidos.



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