Venezuela dice adiós a la OEA

Editado por Maite González Martínez
2019-04-24 08:46:00

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Foto/ Infobae.

Por María Josefina Arce

El 27 de abril de 2017 Venezuela presentó formalmente su petición de salida de la OEA, Organización de Estados Americanos, que ha vuelto a confirmarse como un instrumento de la política injerencista de Estados Unidos en la región.

El triste papel desempeñado por la OEA contra Venezuela no es nuevo. Ni de lejos el organismo regional cumple con los objetivos que le dieron vida: preservar la paz, la seguridad, la democracia y la promoción de los derechos humanos en la región.

La Organización de Estados Americanos es conocida por apoyar intervenciones en otras naciones e incentivar campañas mediáticas y acciones agresivas contra gobiernos que no siguen los dictámenes de Washington.

Ese fue en su momento en la década del sesenta del siglo pasado el caso de Cuba. Con una naciente revolución que defendía su soberanía y el bienestar de todo un pueblo, la Mayor de las Antillas constituía para Estados Unidos un mal ejemplo para Latinoamérica.

El pueblo cubano se retiró de la OEA y ha resistido con dignidad por décadas la política hostil de las diversas administraciones norteamericanas y que ha tenido con el actual presidente Donald Trump un recrudecimiento.

La OEA, a través de su secretario general Luis Almagro, al servicio de Washigton, también ha ido por Nicaragua, contra la que se pretendió aplicar la Carta Democrática del organismo por supuestas violaciones de los derechos humanos.

Improcedente, ilegal y sin fundamento eran las maniobras del bloque, pues la Carta Democrática es un instrumento para restituir los gobiernos democráticamente elegidos y un mecanismo contra los golpes de estado.

Nada que ver con la situación del país centroamericano, donde el 72 por ciento de los nicaragüenses ratificó en la presidencia a Daniel Ortega, en las elecciones de noviembre de 2016.

Con especial intensidad la OEA ha puesto en práctica su agenda golpista contra Venezuela, una nación que desde 1999 puso en marcha su Revolución Bolivariana en beneficio de la mayoría de sus ciudadanos, en especial de los sectores más vulnerables, los olvidados por gobiernos que siempre se plegaron a los intereses norteamericanos.

Estados Unidos y sus aliados latinoamericanos han urdido todo tipo de maniobras contra Caracas. Intentaron expulsarla alegando falta de democracia y calificando de fraudulentos los comicios de mayo del pasado año, que contó con la presencia de observadores internacionales, quienes avalaron el proceso

Más recientemente y ya próxima a hacerse efectiva la separación de Venezuela del organismo, dieron la bienvenida a Gustavo Tarre, como representante designado por el Parlamento venezolano, en desacato desde 2016, con un desconocimiento total del gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

La OEA ha desempeñado durante décadas un triste papel en América Latina. Ha sido el instrumento idóneo de Estados Unidos para poner en marcha su Doctrina Monroe, la que considera a todos los pueblos del área como su patio trasero.

Por eso, la soberana decisión de Caracas de retirarse de un organismo, que no tiene en cuenta a los pueblos, fue apoyada por la mayoría de los venezolanos, quienes este sábado tomarán las calles del país sudamericano para expresar su respaldo a la medida adoptada por el gobierno del presidente constitucional Nicolás Maduro y rechazar una posible intervención armada.



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