Advierten sobre divisiones permanentes en Libia ante avance de la guerra

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-05-23 07:54:50

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Foto: EFE/Archivo.

Por: Roberto Morejón

La guerra civil en Libia amenaza con irradiar sus efectos hacia Europa y África en tanto el país se desintegra, minado por los choques fratricidas entre fuerzas antagónicas.

Desde el derrocamiento en 2011 y posterior asesinato del presidente Muammar Ghadhafi hasta hoy, Libia permaneció en zozobra por los combates entre clanes rivales.

Una dramática señal de alerta lanzó en el Consejo de Seguridad de la ONU el representante para Libia Ghassan Salamé, quien pronosticó divisiones permanentes si el lenguaje de la guerra prosigue.

En Libia contienden los seguidores del mariscal Jalifa Hafter, quien se hizo fuerte en el este del país, y los del frágil gobierno instalado en Trípoli, la capital, reconocido por la ONU.

Los súbditos de Hafter pugnan por arrebatar a sus contrincantes el control de la capital libia, ayudados por países de la región, según aducen versiones periodísticas.

Además de la población local, están atrapados entre dos fuegos cerca de tres mil 400 refugiados y migrantes.

Esos son los que toman a Libia como punto de concentración y acopio de provisiones para emprender viaje por mar en busca de ser aceptados en países de Europa.

Las operaciones militares en los suburbios de Trípoli ocasionaron más de medio millar de muertos y el desplazamiento forzoso de 75 mil civiles, en tanto casi 100 mil personas estarían en peligro por permanecer en áreas de guerra.

El desgobierno actúa como un polo de atracción para los terroristas de Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico, este último golpeado en Siria y ahora en busca de nuevas bases.

Los hechos son trágicos y los países representados en el Consejo de Seguridad de la ONU tienen esa percepción, pero NO logran consenso.

La OTAN, responsable del derrocamiento del gobierno de Ghadafi que mantuvo la estabilidad en Libia hasta 2011, se niega a admitir que la grosera intervención en el país norafricano agravó los sufrimientos y precipitó la anarquía.

Con periódicos cortes de agua en Trípoli y el resto del territorio paralizado con la excepción de la industria del petróleo para NO dañar fuentes propias de financiamiento de los clanes, Libia es un escenario de muerte e intervención extranjera.

Quienes pisotearon la soberanía nacional de Libia ahora manifiestan desconcierto ante la barbarie. Aquella guerra de la OTAN calificada de preventiva desencadenó la presente crisis.

Bajo el liderato de Muammar Al Gaddafi, Libia era considerada la sexta economía de África y los ciudadanos accedían a servicios apropiados de salud, todo ello sepultado por los bombardeos de la OTAN que, además, no abrieron las puertas a la paz.



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