Estelas contaminantes

Editado por María Candela
2019-08-24 08:42:29

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Por: Guillermo Alvarado

¿Quién no se ha detenido en más de una ocasión a contemplar fascinado esas líneas blancas que trazan en el cielo los aviones cuando vuelan a determinada altura y que pueden permanecer durante varios minutos señalando la ruta de la nave? Se trata, ciertamente de un espectáculo precioso, pero hoy sabemos que es muy peligroso.

En español su nombre técnico es “senderos de condensación” y se forman debido a la interacción de los gases calientes que salen de los motores del avión, que condensan el vapor de agua en la atmósfera fría y crean esas estelas que todos hemos apreciado con cierto arrobamiento.

Por bonitas que sean, sin embargo, no son inocuas y encierran un riesgo para la salud de todo el planeta.

Un estudio del Centro Aeroespacial Alemán demostró que su efecto sobre el calentamiento global es muy alto, superior incluso a la contaminación ocasionada por el combustible de los aviones.

Los autores de la investigación determinaron que las nubes generadas por estas estelas triplicarán su acción nociva sobre el medio ambiente hacia el 2050, con respecto a 2006, cuando se iniciaron los trabajos.

El problema radica en la presencia en estas líneas blancas en medio del cielo de óxido de nitrógeno, azufre, humo y vapor de agua, además de dióxido de carbono, que influyen en el llamado efecto invernadero, causante del calentamiento global.

Cada día en todo el mundo vuelan alrededor de 200 mil aviones, la mayoría de ellos a una altura superior a los diez mil metros, que es donde ocurre el fenómeno.

Según datos del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México, en lo que va del año se realizaron casi 225 mil vuelos y la tendencia es cada vez mayor al uso de este medio de transporte.

Datos del Instituto Mexicano del Transporte señalan que en 2010, los aviones que circularon por el territorio nacional produjeron 8 millones 213 mil 580 toneladas de dióxido de carbono (CO2), 4 mil 437 de óxido de azufre y 86 mil 734 de óxido de nitrógeno, suficientes para contribuir al calentamiento de nuestro planeta.

Investigadores alemanes determinaron que el 0,61 por ciento del cielo está cubierto de estelas de condensación, pero en aquellos lugares donde el tráfico aéreo es mucho más intenso, como Estados Unidos y Europa, llega hasta el 10 por ciento.

Un artículo publicado por el diario mexicano La Jornada revela que en los Acuerdos de París de 2015 no se trató lo suficiente este tema y fue necesario firmar un convenio mundial en 2016 para reducir el impacto ambiental del transporte aéreo.

Así que si usted, amigo, es de quienes disfrutan del espectáculo de estas nubes artificiales formadas por los aviones, ya sabe que también llevan en su seno elementos nocivos que aportan al calentamiento global, eso que a todos nos agobia en mayor o menor medida.



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