La impunidad sigue en Chile

Editado por Maite González Martínez
2019-12-16 10:44:30

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Por María Josefina Arce

Más de veinticinco muertos y cuatro mil lesionados dejó la fuerte represión policial contra las protestas que se desataron en Chile en octubre pasado, pero el presidente Sebastián Piñera no responderá por su responsabilidad ante las violaciones de los derechos humanos.

La derecha cerró filas y con el apoyo de algunos legisladores de la oposición, la Cámara de Diputados desestimó la acusación constitucional presentada en noviembre pasado contra el mandatario chileno.

La denuncia señalaba que en su gobierno se había "infringido abiertamente la Constitución y las leyes, al consentir que las Fuerzas Armadas y del orden cometieran violaciones a los derechos humanos de manera sistemática y generalizada".

Sin embargo, el órgano legislativo indicó que el recurso contra Piñera no cumplía con los requisitos señalados por la Constitución Política, como se defendió ahora desde la presidencia, pero que en su momento tuvo que reconocer la grave situación creada por el uso excesivo de la fuerza.

El propio Piñera había admitido con anterioridad que "En algunos casos no se cumplieron los protocolos de uso de la fuerza para controlar el orden público", "se cometieron excesos y abusos".

La maniobra de la Cámara de Diputados ignora también el informe de la Oficina de la Alta comisionada para los derechos humanos que reconoce las violaciones de las prerrogativas ciudadanas que tuvieron lugar desde el estallido social contra la política neoliberal del gobierno y, que tuvo su catalizador en el aumento del precio del pasaje del metro en Santiago de Chile,

El documento indica que hubo un “elevado número de violaciones a los derechos humanos que se tradujeron en el "uso excesivo e innecesario de la fuerza que ocasionó muertes ilícitas y heridas, tortura y malos tratos, violencia sexual y detenciones arbitrarias"

Centenares de denuncias pesan sobre los agentes del orden por ejercer represión para contener las protestas y cometer violaciones a los derechos humanos.

La realidad no se puede ocultar. Las imágenes captadas por esos días rememoraron un Chile que parecía haber quedado atrás: el de las calles tomadas por los militares, de los bastonazos, de los carros lanza agua, de la fuerte represión contra los manifestantes, el Chile de la dictadura militar.

El mundo fue testigo de un amplio despliegue policial, de una violencia sin límites, de los centenares de chilenos atendidos por traumatismos oculares, todo bajo la mirada indolente del gobierno, pero aún así el presidente Sebastián Piñera sigue impune.



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