Por: Guillermo Alvarado
Más de cinco millones de hectáreas de bosques desaparecieron como consecuencia de los voraces incendios que consumen la región sureste de Australia, donde fallecieron al menos 18 personas desde que comenzaron los fuegos en noviembre de 2019.
Los últimos días del año recién concluido y los primeros de éste han sido particularmente difíciles, sobre todo en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur, donde están ubicadas las principales ciudades del país, Melbourne y Sidney, respectivamente.
De acuerdo con informaciones divulgadas en las últimas horas, hay 17 personas desaparecidas en Victoria, donde se hacen esfuerzos por evacuar a miles de ciudadanos que buscaron refugio en las zonas costeras.
En los dos primeros días de 2020 fallecieron cinco personas en Nueva Gales del Sur y ardieron más de 676 mil hectáreas en lo que se está convirtiendo en una de las mayores tragedias ambientales en esa isla continente.
Hay poblados donde el 80 por ciento de las viviendas y negocios fueron consumidos por las llamas y las evaluaciones iniciales podrían ser mucho más graves a medida que las condiciones permitan a los bomberos y otras brigadas de auxilio llegar hasta las áreas devastadas.
Unas cuatro mil personas que habían quedado atrapadas por el fuego en las playas de Mallacoota, en Victoria, lograron salir ilesas gracias a la acción de los bomberos.
Sin embargo, las autoridades advirtieron que miles de turistas deben desalojar lo más rápido posible otras zonas de recreación porque el sábado la situación va a empeorar debido a un alza de la temperatura por encima de los 40 grados centígrados.
Este clima, unido a los fuertes y secos vientos, va a favorecer el incremento de los incendios y dificultar las tareas de los cuerpos de socorro.
Como muchas de las carreteras están cortadas por el humo y el fuego, se enfrenta el problema de llevar insumos hasta varias ciudades costeras, donde hay decenas de miles de viviendas sin energía eléctrica, agua potable y alimentos.
El devastador fenómeno ocurre poco después de que la comunidad internacional falló en la cumbre sobre cambio climático, COP25, de Madrid, España, en el intento de poner en práctica los Acuerdos de París firmados en 2015 para frenar el calentamiento global.
Precisamente Australia figura entre los países que más gases de efecto invernadero lanzan hacia la atmósfera debido a la minería de carbón y se estima que en una década será responsable del 17 por ciento de la contaminación a nivel global. A buen entendedor, amigos, pocas palabras.
