Derechistas brasileños asustados por la verdad de un filme

Editado por Maite González Martínez
2020-01-17 08:13:17

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Por: Roberto Morejón

Por contradecir el discurso exaltado de la derecha, el documental brasileño “Al filo de la democracia”, nominado a los Premios Oscar en Estados Unidos, ocupó uno de los blancos predilectos de ataque del gobierno de Jair Bolsonaro y la oligarquía que lo secunda.

La inclusión de la pieza fílmica, de la joven directora Petra Costa, entre los aspirantes a la estatuilla, desató un terremoto entre los derechistas en Brasil, atrincherados en el poder junto al Jefe de Estado, admirador de la dictadura militar.

El propio ex capitán del ejército en uno de sus acostumbrados exabruptos verbales calificó el filme de Costa de forma soez sin haberlo visto.

¿Cuál fue el motivo de los ataques a un documental merecedor de reconocimiento por su amplia proyección internacional?

La brasileña Petra Costa, de padres perseguidos por la tiranía, narra con visión crítica el golpe palaciego contra la ex presidenta Dilma Rousseff en 2016, expresión de la ruptura de la democracia y germen del desenfreno conservador actual.

El material de dos horas describe la subida al poder de la izquierda con Luis Inacio Lula Da Silva, su encarcelamiento por supuestos delitos de corrupción y la llegada al escenario electoral de Bolsonaro, beneficiado por la salida abrupta de la contienda del ex dirigente matalúrgico en 2018.

Los hechos son relatados por la cineasta brasileña en una época en la cual, según escribió en la red social Twitter, la extrema derecha se extiende como una epidemia.

Por lo tanto ---expuso--- es de esperar que el filme “Al filo de la democracia” ayude a entender la necesidad de proteger las libertades.

Elogiada por el excarcelado Lula Da Silva y Dilma, la obra artística es “mordaz y esclarecedora”, según el diario The New York Times.

El rotativo estadounidense define la cinta como un ajuste de cuentas personal con el pasado y el presente de Brasil.

Se trata de elementos suficientes para el arrebato de los extremistas brasileños en un año crucial, cuando Bolsonaro recibe cuestionamientos de un importante sector de la población.

Defensor del trabajo infantil, el porte de armas incluyendo los menores, de la privatización desmedida y de una reforma de pensiones injusta, el confeso devoto de Donald Trump instalado en Brasilia surca negativamente el panorama de la nación de habla portuguesa.

NO es de extrañar la aversión al documental exitoso porque los radicales dominan los resortes oficiales de la educación y la cultura.

Uno de los intelectuales a los que detesta Bolsonaro acaba de conmover el escenario cultural y él y sus acólitos lo encuentran disonante con el estado policial que defienden.



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