Tóxico ambiente electoral en Bolivia

Editado por Maite González Martínez
2020-01-28 08:03:34

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Foto/EFE

Por: Guillermo Alvarado

El clima tóxico y desagradable que rodeó desde el principio la convocatoria a elecciones presidenciales en Bolivia, hecha por una camarilla golpista e ilegítima, se complicó aún más luego de que la gobernante de facto, Jeannine Áñez anunció su candidatura a la primera magistratura del país.

A la señora parecen haberle complacido las mieles del poder, aunque éste provenga de un acto espurio, así que a contrapelo de los compromisos que hizo con sus cómplices en la asonada, se dispone convocar a una gran alianza que sólo parece existir en su mente para apoyar sus aspiraciones.

En efecto, la noticia debe de haber caído como una bomba entre los otros protagonistas del golpe de Estado contra el presidente Evo Morales, entre ellos el representante del grupo oligárquico aglutinado en el «comité cívico» de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el antiguo presidente Carlos Meza.

Ambos sujetos luego de perpetrada la felonía contra la democracia boliviana hicieron prudente silencio, se retiraron de los escenarios y dejaron que el desgaste corriera por cuenta de Jeanine Áñez para ir con ropaje más o menos limpio a los comicios.

El plan se les complica ahora porque les aparece una competidora que, de cumplir sus propósitos, les robará puntos en las encuestas y votos en las urnas, en un panorama que no les resulta del todo propicio, porque el favorito en los sondeos es Luis Arce, propuesto por el Movimiento al Socialismo, MAS.

Pero hay otra arista no menos preocupante en este enredo y es que los miembros del Tribunal Supremo Electoral, incluido su presidente, Salvador Romero, fueron nombrados por la presidenta de facto y, presuntamente, le deben obediencia, por no hablar de gratitud, una virtud que en esos niveles no suele abundar mucho que digamos.

Más aún, Romero es un hombre del Departamento de Estado norteamericano, cuando no de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, como lo demuestra su hoja de servicios revelada gracias al portal Wikileaks.

Como dije en anterior comentario, Romero fue presidente en Honduras del Instituto Nacional Demócrata, una entidad aparentemente no gubernamental de Estados Unidos, pero que recibe sus fondos de la Agencia para el Desarrollo Internacional, USAID.

Como a estas alturas muchos saben, la USAID es, junto a la Fundación Nacional para la Democracia, una de las tapaderas que utiliza la CIA para financiar o ejecutar operaciones contra gobiernos no gratos a la Casa Blanca.

Este señor Romero es figura clave en la fabricación del fraude que se cocina desde Washington, para evitar un triunfo del MAS y su retorno al poder.

No se conoce si Áñez consultó con él antes de lanzar su controvertida candidatura, pero lo que sí es cierto es que agrega humo negro y maloliente al ya pésimo ambiente electoral que se está gestando en el país andino, donde cualquier cosa puede suceder de aquí al tres de mayo, incluso otro golpe dentro del golpe, vaya usted a saber.



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