Por: Roberto Morejón
El recrudecimiento del bloqueo estadounidense exige a los cubanos apelar a alternativas, el popular “plan B”.
Los habitantes de este archipiélago buscan nuevos resortes en la producción y los servicios con destino a la exportación, pues resulta insuficiente depender de rubros tradicionales.
El Departamento norteamericano del Tesoro puede frustrar una venta de azúcar, tabaco o el otorgamiento de un crédito.
Los labriegos marchan hacia el indeseable marabú, esa mala hierba contaminante de los campos, para convertirla en carbón vegetal y venderla en Europa, una práctica otrora inusual.
Los ejercitados agricultores invocan la tracción animal, procedimiento ancestral desechado parcialmente por la irrupción de tractores. Y es así porque llega menos combustible a las huertas.
Igual ocurre en las ciudades de forma intermitente, cuando los choferes hacen filas con sus automóviles en los expendios del energético.
Al sobrevenir un déficit, administradores de gasolineras venden combustible a privados hasta un límite.
Como solución disyuntiva mantienen reservas para vehículos estatales ocupados, por ejemplo, en el aseguramiento de la canasta básica.
Estados Unidos amenazó con multar a compañías de seguros y armadores por trasladar combustible a la mayor de las Antillas.
La presión energética es tan obsesiva que el gobierno cubano se vio forzado a comprar un tanquero y su carga, adquirida por
No lejos de los expendios de combustible en ciudades surgen de forma discontinua filas en tiendas con artículos de aseo, hasta tanto se normalice el abastecimiento en abril.
De modo circunstancial, los empleados ofrecen sus demandados productos restringidamente a fin de beneficiar a más ciudadanos.
En relación con la economía nacional también el gobierno recurre a salidas tangenciales después de que el turismo NO pudiera cumplir su plan en 2019, al decidir Estados Unidos impedirle a sus ciudadanos viajar a este destino.
El Ministerio de Turismo busca nuevos nichos de potenciales viajeros.
Otro tanto se hace con los servicios médicos, para los cuales persisten reclamos de pueblos necesitados, aunque por presiones de Washington, tres países latinoamericanos prescindieron de esa asistencia.
Después de la más reciente cortapisa contra las familias al cancelarse el envío de remesas mediante
Ante cada golpe, el gobierno y pueblo cubanos tratan de encontrar opciones para resistir y salvaguardar el desarrollo.
