Israel lejos de la paz

Editado por Maite González Martínez
2020-05-19 07:51:08

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El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu (izquierda), el presidente israelí Reuven Rivlin y el líder de la coalición Azul Blanco, Benny Gantz (19.09.2019)

Por: Guillermo Alvarado

La instalación de un nuevo gobierno en Israel tras la coalición pactada entre Benjamin Netanyahu y Benni Gantz, ambos de la derecha en el espectro político, pone fin a una crisis de 500 días, pero aleja una remota posibilidad de paz en el Oriente Medio.

Netanyahu, líder del partido Likud, y Gantz, de Azúl y Blanco, se repartirán 18 meses de gobierno cada uno, así como un gabinete de 34 ministros, el más amplio y caro de los últimos tiempos.

Eso demuestra que sus aparentemente irreconciliables diferencias no lo son tanto y se reducen a la oportunidad de tomar el poder, basados en la doctrina sionista que implica la desaparición del pueblo palestino y la construcción de un Estado israelí intolerante, racista, xenófobo y genocida.

La excusa para imponer esta coalición fue la grave situación creada por la pandemia de Covid-19, que paralizó la economía y provocó hasta ahora más de 16 mil 600 contagios y 271 muertos.

En el fondo, sin embargo, están los intereses del sionismo, ese movimiento ideológico y político dominante en Israel desde su creación y sostenido por las potencias occidentales, en particular Estados Unidos, donde cuenta con el apoyo incondicional del poderoso sector financiero e industrial.

Durante los próximos 18 meses Netanyahu será primer ministro y Gantz ocupará la estratégica cartera de Defensa, para luego invertir los papeles.

Esto le dará oportunidad al primero de ellos de enfrentar desde el poder un juicio por abuso de confianza, fraude y soborno cuyas sesiones pueden comenzar la semana próxima. Curiosamente en ese país un gobernante no debe renunciar aunque esté acusado de corrupción.

Luego viene lo peor, cuando el nuevo ejecutivo se disponga a anexar territorios palestinos en Cisjordania, sobre todo el fértil Valle del Jordán, así como las zonas donde se edificaron de manera ilegal colonias judías.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya anunció que dará su apoyo a esta medida, lo que implica un golpe de muerte a cualquier ilusión de paz en la región y hace desaparecer la opción de dos Estados vecinos, soberanos e independientes, como se aprobó en la ONU.

La autoridad Palestina, la Liga Árabe, y numerosas organizaciones en todo el mundo rechazaron esta política de rapiña de Tel Aviv y llamaron a la comunidad internacional a oponerse con firmeza.

En caso contrario, el ultra nacionalismo sionista, mezcla de lo peor del apartheid sudafricano y el nazismo hitleriano, supondrá un nuevo baño de sangre y, quizás, la desaparición definitiva de la faz de la tierra de todo un pueblo, el palestino.



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