Por: Roberto Morejón

La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra sobre el Banco Central para que se negara a entregar reservas de oro a Venezuela, sienta un precedente nefasto en el Derecho internacional.

El tribunal se escudó en que Reino Unido reconoce al fantoche opositor venezolano Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado y sostenido por Estados Unidos.

Por lo tanto, el Banco Central de Inglaterra rechazó entregarle el patrimonio aurífero al legítimo propietario, el Banco Central de Venezuela.

De esa forma se trunca el esfuerzo de Caracas de utilizar esas reservas en la compra de insumos médicos.

Y será así porque la postura de la justicia del país europeo roza la ficción.

Quien recibiría el cargamento del metal valorado en mil millones de dólares sería un personaje que “juró” su cargo en una plaza pública de Caracas en 2019.

Allí estaba Guaidó rodeado de sectarios seguidores, sin respaldo jurídico o aval en las urnas.

Aunque el poder mediático insiste en que más de 50 países reconocen a Guaidó, lo cierto es que la mayoría de los Estados acreditados en la ONU NO siguieron ese derrotero.

Guaidó ha sido acusado de participar en el robo de propiedades y cuentas de Venezuela incautadas o inmovilizadas por las sanciones de Estados Unidos.

CITGO, filial de Petróleos de Venezuela en Estados Unidos, ha sido desmantelada por cuenta de Guaidó y los antichavistas que lo rodean.

El fantaseado primer mandatario encargado viene y va, habla o calla según las órdenes del secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, o de Leopoldo López, fugitivo de la justicia venezolana.

Si finalmente Guaidó y sus cómplices se apoderaran de las reservas de oro custodiadas en Londres, manejarían un patrimonio exclusivo del pueblo venezolano.

Se concretaría un despojo por una determinación estrictamente política en Londres, alejada de los cauces del Derecho.

NO es extemporánea una anécdota escrita en su libro por el ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el cavernícola John Bolton.

En el volumen presentado en la nación norteña, Bolton atribuyó al ex ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Jeremy Hunt, sentirse encantado de colaborar con Estados Unidos en el congelamiento del oro venezolano en el Banco de Inglaterra.

O sea, fuerzas en Occidente están coligadas para cercar al gobierno constitucional de Venezuela e inflar la figura de un impostor. FIN