Por: Guillermo Alvarado

Agosto será un mes clave en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, previstas para el 3 de noviembre próximo, en particular porque se conocerá por fin quién acompañará en la carrera por la Casa Blanca al aspirante por el partido Demócrata, Joe Biden.

Como no se trata de una personalidad que arrastre multitudes, Biden tendrá que seleccionar a una persona capaz de llenar sus propios vacíos y aprovechar juntos las debilidades de un Donald Trump golpeado por su carácter contradictorio y los efectos de la crisis sanitaria causada por la covid-19.

Hasta ahora lo único que se tiene claro son dos cosas, que la noticia está por llegar y que la elegida será una mujer.

Suena fuerte el nombre de Kamala Harris, senadora por California, ex fiscal durante dos períodos consecutivos en ese estado e hija de un economista de Jamaica y una científica de la India, que emigraron jóvenes a Estados Unidos.

Cuando se abrieron las primarias del partido Demócrata, Harris  se inscribió como precandidata, pero rápidamente retiró su nombre.

Los medios mencionan a la también legisladora californiana Karen Bass, de 66 años, quien encabeza a un grupo de congresistas negros que redactaron un proyecto de ley de reforma policial tras el asesinato de George Floyd.

Dentro del abanico de aspirantes afrodescendientes figura la antigua asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, favorita para algunos por sus conocimientos en materia de política internacional, uno de los puntos en que la administración Trump más ha fallado.

En el campo hispano, que tiene una capacidad de voto para nada despreciable, Biden podría escoger a Michelle Lujan Grisham, gobernadora de Nuevo México y dura crítica de la política migratoria de la Casa Blanca.

Menos conocida es la veterana de guerra de origen tailandés, Tammy Duckworth, quien perdió ambas piernas en Iraq y ahora es senadora por Illinois.

El listado es largo, pero mencionaremos a la senadora Elízabeth Warren, conocida por sus posiciones progresistas, si bien tiene en su contra un factor cronológico, sus 71 años.

Se trata de un dato relevante porque en caso de ganar la contienda Joe Biden, ahora con 78 años, difícilmente podría ir a la reelección en 2024, tarea que le tocaría asumir a quien ejerza la vicepresidencia, circunstancia que abre no pocas e interesantes inquietudes, pero eso, por ahora, mis amigos, está en el futuro.