Peso cubano.

Por: Roberto Morejón

El ordenamiento monetario centra la atención de los cubanos, quienes apelan a los números para descifrar cómo los incrementados salarios y pensiones se adecuan al alza de precios y tarifas.

Ministros y expertos hablan sobre causas y consecuencias de un proceso imprescindible para sanear la economía.

Nadie duda del impacto en las familias de la nueva realidad si se compara con los precios de los artículos dejados atrás.

Los cubanos convivieron con subsidios excesivos y gratuidades incorrectas y ahora deben asumir la erradicación de muchos de ellos, en bien de la producción y la eficiencia.

El ordenamiento monetario responde a la necesidad de continuar la actualización del modelo económico, recuperar las funciones del dinero y cesar la dualidad pecuniaria, nociva para la gestión empresarial.

Esas entidades trabajaban en un escenario ficticio con paridad entre el peso cubano, el peso cubano convertible y el dólar, mientras la población accedía a una tasa de cambio diferente.

El Estado, por otro lado, abogó por convertir al salario en la fuente principal de financiamiento del consumo del trabajador y la familia, principio solo alcanzable si cesaba la distorsión de la pirámide laboral.

A ese encausamiento debe contribuir la creación de 32 grupos que expresan las complejidades de salarios inherentes a la tarea ordenamiento.

Dicho de otra forma, Cuba ha llevado a cabo una transformación marcada en la distribución de los ingresos, a partir de salarios, pensiones y prestaciones de la Asistencia Social.

Como las conciliaciones conllevan la devaluación del peso cubano con respecto al dólar y cesan muchos subsidios excesivos y gratuidades incorrectas, los precios y tarifas han cambiado, a la par del aumento del salario mínimo en correspondencia con el costo de la canasta de bienes y servicios.

A esas nuevas circunstancias comienzan a amoldarse los cubanos, en medio de lógicas inquietudes y dudas, aunque el gobierno monitorea sugerencias y criterios.

Las familias vulnerables, a quienes ya atienden trabajadores sociales, y toda la población deben asumir una nueva óptica al enfrentar el costo de la vida, para lo cual cada peso que ingresa al bolsillo es crucial.

Volcarse al trabajo y calificarse son pasos determinantes en el nuevo escenario cubano, a fin de aspirar a una realización personal más justa y aportar al país el imprescindible grano de arena.