Florida: Muchos jueces a la venta

Editado por Maria Calvo
2016-09-07 13:34:14

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por  Nicanor León Cotayo

La democracia en Estados Unidos ha ido siendo herida milímetro a milímetro, y no tiene salida.

Al margen de sus bien montadas apariencias, la vida concreta, en todos los frentes de su mundo político, así lo demuestra.

Un ejemplo, entre cientos de mayor o menor envergadura, sirve para argumentarlo,  la elección de los jueces en su estado de la Florida.

Incluso el Nuevo Herald abordó la cuestión este lunes en un artículo bajo la firma de Ramón A. Mestre.

Llega a opinar que tales comicios son “una variante perversa” de la titulada democracia representativa.

Añade ignorar si Estados Unidos comparte esa farsa electoral con otros países del mundo.

Recuerda que en comicios efectuados el martes último solo el 20 por ciento de los votantes inscritos de Miami eligió jueces novatos y dejó fuera a experimentados.

Mestre cita a fuentes del mundo jurídico del territorio para revelar que, como mínimo, dos de los seleccionados no estaban aptos para ser jueces.

Calamidades como esas, dice también, han sucedido “en varias ocasiones” durante los años que  llevo siguiendo estos procesos electorales.

Pero, aclara, los 267,741 votantes de Miami-Dade igualmente hemos elegido algunos candidatos que serán jueces competentes.

Respecto a ese último logro puntualiza: ha sido un producto del azar, “más que de las supuestas virtudes del sistema”.

Con todo, escribe Mestre, unos resultados azarosos en ocasiones felices no bastan para justificar  las normas de elección para la jefatura jurídica floridana.

¿En qué consisten esas exigencias a ciudadanos mal informados e indiferentes?

Los aspirantes a jueces solo pueden hablar de experiencias profesionales y guardar absoluto silencio respecto a su filosofía jurídica.

Tampoco los autorizan a exteriorizar criterios sobre sentencias de tribunales superiores o las vergüenzas que se almacenan en cárceles de Estados Unidos.

Además, quienes aspiren a obtener una plaza de juez tienen que montar campañas y gastar enormes cifras de dinero en estas.

No en balde, a lo largo del proceso abierto ahora en la Florida los más posibles vencedores serán los acaudalados.

De ahí que tantas encuestas de opinión pública asomen la impresión de que muchos de sus jueces “están a la venta”.

¿Y en cuanto a la capacidad? Ramón A. Mestre solo se atreve a poner las manos en el fuego por su amigo Oscar  Rodríguez Fonts, para él un futuro magnífico juez.

Mestre, de origen cubano, demuestra conocer muy bien su actual sociedad estadounidense al escribir:

“Podemos darnos el lujo de elegir imbéciles, bribones y mediocres a la presidencia, las gobernaciones, alcaldías, legislaturas y consejos municipales, pero no a la  judicatura”.



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