Pedro Martínez Pírez y la diplomacia del periodismo

Editado por Pedro Manuel Otero
2017-03-15 09:46:49

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Por Leslie Díaz Monserrat

El prestigioso periodista, profesor y diplomático Pedro Martínez Pírez compartió con estudiantes de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.

“Despierte a Pablo que Cuba está a punto de desaparecer”. Así le dijo a Matilde Urrutia, la esposa de Neruda, el poeta de los Veinte Poemas de Amor, el comunista.

Pedro Martínez Pírez había viajado hasta Isla Negra, Chile, con urgencia. Necesitaba que le firmara un mensaje importantísimo. El mundo vivía la Crisis de Octubre. El desastre parecía inminente y Pedro tenía que hablar con Neruda.

Solo tenía unos 25 años y ya la vida lo unía a personas que marcaron la historia mundial. Martínez estuvo dos años en suelo chileno pero antes pasó un tiempo en Ecuador.

A ese país llegó acompañando a Mariano Rodríguez Solveira quien fuera rector de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en los primeros años de la Revolución y quien había sido designado como embajador de la nación que ocupa el centro de la tierra.

Pedro Martínez Pírez nació en Santa Clara un 22 de febrero de 1937. Trabajó desde los 12 años a cambio de unos diez centavos y estudió en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, donde este 13 de marzo intercambió con estudiantes de la Carrera de Periodismo.

Habló de historias apasionantes con su sapiencia enciclopédica. Posee el don de comunicar, de hilvanar las ideas con la misma facilidad con la que un sastre experto une las piezas de un traje único.

Su vida de diplomático lo llevó por diversas partes del mundo; sin embargo, no deja de hablar del periodismo, y de sus avatares en la revista Oclae, en Prensa Latina, Juventud Rebelde, la televisión y Radio Habana Cuba (donde labora en la actualidad).

De los primero años recuerda a Haydée Santamaría, a Armando Hart y la forma en que lo protegían de aquellas mentes burócratas que no entendían la labor del periodismo.

En Prensa Latina conoció a Mario Benedetti y no olvida a Oswaldo Guayasamín.

“´Quiero ir a Cuba a pintar a Fidel´”, me dijo el destacado pintor y fui yo quien le consiguió la visa.

“Desde entonces dice que soy el responsable de su primer viaje a la Isla después de que lo monté en un avión horriblemente viejo y lo mandé para acá”

Al Comandante lo entrevistó varias veces.

“No le gustaba que le pidieran mensaje de ocasión, lo odiaba. Una vez lo entrevisté en Nueva York, el 12 de octubre de 1979 cuando habló en la Asamblea General de las Naciones Unidas en nombre de los niños sin pan. Le dije que habíamos sacado la cuenta del tiempo que llevaba sin ir a ese país. Enseguida preguntó: ¿cuánto tiempo? Así nos dio la entrevista. Nosotros tenemos que ser creativos a la hora de acercarnos al entrevistado”.

A lo largo de su vida combinó el magisterio con la diplomacia y el periodismo. Desde su experiencia aconseja a aprender a convivir con las épocas pero sin violar los principios éticos y darse a respetar.

“Un periodista tiene que dar batalla, imponer respeto y no rendirse nunca porque este no es un oficio, es un sacerdocio”.


 



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