A 60 años de la masacre de Humboldt 7

Editado por Maite González Martínez
2017-04-20 09:09:22

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Cubanos rinden homenaje a los mártires de  Humboldt.

Por Livia Rodríguez Delis (PL)

Cuba recuerda hoy, aún con tristeza, el brutal asesinato el 20 de abril de 1957 de cuatro jóvenes revolucionarios por cuerpos represivos del dictador Fulgencio Batista, en el edificio ubicado en la calle Humboldt de la capitalina barriada de El Vedado.

Tras la delación del ex compañero de lucha Marcos Rodríguez, cuya implicación fue descubierta cinco años después de los sucesos, la Policía irrumpió en el inmueble y dio caza a Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó, José Machado (Machadito) y Joe Westbrook, al tiempo que mantuvo un cerco para evitar cualquier escapatoria.

Aquel sábado siniestro de Semana Santa, las hordas del teniente coronel Esteban Ventura, conocido en su época como el sicario de traje blanco, los acribillaron a balazos sin miramientos, con la intención de poner fin en un sangriento epílogo a ese capítulo que involucraba a los sobrevivientes del asalto al Palacio Presidencial y de la emisora Radio Reloj el 13 de marzo de 1957.

Organizadas por el líder estudiantil José Antonio Echeverría, esas acciones generaron gran sorpresa y desconcierto a instancias gubernamentales, sin embargo fallaron en su objetivo de ajusticiar a Batista, entregar las armas de la guarnición al pueblo convocado por medio de Radio Reloj y ocupar estaciones de la policía y cuarteles hasta dominar la capital cubana.

'Ciertamente (Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó, José Machado y Joe Westbrook) no se iban a entregar sin combatir, pero los reportes médicos, testigos y crónicas de la época pese a la férrea censura, expusieron la masacre de la que fueron víctimas', explicó en entrevista exclusiva con Prensa Latina el Teniente Coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Rafael Ramírez.

Admirados y reconocidos por su arrojo y valentía, esos cuatro jóvenes estaban probados en numerosas acciones contra Batista como integrantes del Directorio Revolucionario, una organización de carácter insurreccional cuyo secretario general fue José Antonio Echeverría hasta su asesinato el 13 de marzo, argumentó el doctor en Ciencias Históricas, quien recopila todos los testimonios y hechos relacionados a fin de esclarecer y dejar registrados estos sucesos en la historia de Cuba.

Por supuesto, sus muertes significaron un duro golpe para el Directorio; tras el deceso de José Antonio, Fructuoso asumió el cargo principal de esa organización y además como presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), con Machadito y Carbó en el ejecutivo, detalló el especialista.

Por ende, refirió, que luego de la masacre de Humboldt, la mayoría de los jefes del Directorio se vieron obligados a salir al exilio, porque, además de quedarse sin casa de seguridad, dinero y armamento, eran perseguidos por los órganos represivos de Batista.

ANTECEDENTES DE UN HECHO SANGRIENTO

A fines de marzo de 1957, los cuatro jóvenes revolucionarios hicieron pública una proclama al pueblo de Cuba, en las cuales expusieron las causas que los llevaron al asalto al Palacio y acusaron de traidores a los integrantes del Directorio Revolucionario que no quisieron participar en esos hechos.

'Lo interesante es que Faure Chomón, Machadito, Fructuoso y Joe la firmaron con sus nombres y apellidos, por supuesto que cayó en manos de la dictadura que automáticamente ordena auto de detención contra todos los implicados', afirmó el teniente coronel.

Asimismo, subrayó, estos documentos fueron utilizados por la dictadura para justificar la masacre.

Igualmente, apuntó que a las hordas batistianas no les convenían las evidencias y pretendieron con el hecho contener, mediante el terror, la ola revolucionaria que ya inundaba el país.

Cuba se encontraba en una etapa crucial de la contienda contra la tiranía y los movimientos inmersos en esa lucha arreciaban sus acciones en las ciudades, las montañas y pueblos para acelerar la caída de ese régimen que se adjudicó el poder, tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 con el beneplácito de Estados Unidos.

El movimiento estudiantil entró en combate, fundamentalmente después de la elección de José Antonio Echevarría como presidente de la FEU en 1953 y en diciembre de 1955, tras la creación del Directorio Revolucionario, los actos públicos y manifestaciones de protesta estudiantil contra la dictadura aumentaron.

Por su parte, las organizaciones revolucionarias dieron un paso significativo el 31 de agosto de 1956. Fidel Castro por el Movimiento 26 de Julio y José Antonio Echevarría, por la FEU, firmaron la Carta de México, en la que se declara entre otros aspectos el propósito de unidad entre los diferentes movimientos para lograr el derrocamiento de la tiranía.

FIDEL, ESCLARECEDOR DE UN PLAN DIVISIONISTA Y DIFAMATORIO

Independientemente de la ola de violencia que acompañó los últimos días de la dictadura, resultó imposible detener el triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, lo cual provocó la estampida de numerosos asesinos como el verdugo Ventura, autor de la masacre de Humboldt.

En 1961, en su libro Memorias, escrito desde el exilio en Estados Unidos, el discípulo de Washington tergiversó los sucesos ocurridos el 20 de abril de 1957 para proteger a Marcos Rodríguez, quien aún no había sido identificado como el traidor hasta un año después.

De acuerdo con el investigador, en el capítulo dedicado a esos hechos, Ventura señaló como presuntos delatores a dirigentes del nuevo gobierno como parte de una campaña para desacreditar y cuestionar la veracidad del joven proceso revolucionario.

'Por supuesto, sus argumentos no se sustentaron por si solos, llenos de inconsistencias e incongruencias que lo desmintieron', resaltó Ramírez.

Además, en 1962, en el juicio al delator, que fue televisado en la isla, Fidel Castro aclaró ante el pueblo la verdad de los sucesos y desmontó todas las artimañas que estaban surgiendo alrededor del caso, recordó el historiador.

Asimismo, el entonces primer ministro demostró que los motivos de Marcos Rodríguez para cometer su traición fueron una sórdida cadena de envidias, odios acumulados y sentimientos mezquinos contra los jóvenes que poseyeron el valor y la hombría ausentes en él para enfrentar la dictadura de Fulgencio Batista.

Del mismo modo, Fidel reveló las intenciones de Marcos Rodríguez, quien había confesado su culpabilidad, de sentar las bases de una división, de hurgar en cuestiones que pudieran ser fuentes serias de irritación y que pudieran al mismo tiempo crear situaciones delicadas en el seno de la Revolución, reseñó el académico.

'Cuando uno se remonta a esos momentos, compilados en Documentos de la Revolución cubana 1964, se encuentra con el Fidel de siempre, el comunicador, el hombre justo, humano, analítico y comprometido con la verdad', constató el profesor titular de la Academia de las FAR General Máximo Gómez orden Antonio Maceo y orden Carlos Juan Finlay.

A 60 años de Humboldt 7, tal acción refleja el compromiso de las nuevas generaciones con las causas justas, pues no se puede entender la lucha revolucionaria, sin la presencia de los jóvenes, concluyó Ramírez.



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