Rachel Valdés: latidos de su inspiración

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-03 11:44:20

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Rachel Valdés Camejo. Artista Visual Contemporánea.Foto: Rachel Valdés Studio.

Por: Dairon Caballero Heredia

“En mi arte tengo en cuenta el presente, para no perder esa noción de quiénes somos, esa noción del ser y del espacio.”

La Habana, 3 abr (RHC) Para Rachel Valdés Camejo, cada obra y tiempo dedicado a su universo de creación son latidos en su existencia. Latidos e impulsos que la mueven a captar y transmitir percepciones, construir espacios, ambientes capaces de conducir al espectador a experiencias sensoriales únicas y trasladarlo a otras versiones multidimensionales de la realidad.

Ella es una artista visual contemporánea cubana. Su inspiración radica en la naturaleza, en el constante movimiento de las nubes, el mar, el sol. Además de observar, de palpar creativamente el andar de la cotidianidad, le apasiona ver los procesos de cambios en su entorno natural.

Desde su graduación en el 2010 en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, cuenta con varias exposiciones colectivas y también  personales en formas de series entre las que se encuentran  “Sweet life”, del 2011 en la Galería La Casona y “En el Espacio”, expuesta en el 2016, en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.

Cada uno de estos momentos generó una evolución conceptual en su forma de concebir y hacer arte, pues luego de vivir una primera etapa centrada más en la sensualidad humana, comienza adentrarse en el abstraccionismo, mundo de nuevas configuraciones en el cual considera que se reencuentra a diario.

Foto: Rachel Valdés Studio.

En Rachel se puede percibir además de una sencillez, talento, versatilidad y entrega que cautiva, el afán y la pasión maternal por concebir, sin darle tregua al descanso, una nueva pieza, dar nacimiento a cuadros, imágenes, instalaciones de gran formato o intervenciones públicas, en las cuales cobra vida una interesante coexistencia entre el objeto, la esencia del ser y el espacio.

Surge de ahí, desde el hogar de sus musas, un diálogo visual, espiritual, mental, físico que muestra el carácter experimental y expansivo de la obra de una mujer cubana,  para quien el arte es aliento, motivación, aire. Es también una sublime manera de expresar el amor por su tierra, por la cultura que la llena e inspira a construir sueños.

Así lo demuestra la artista al reconocer que “más que universos, sus cuadros son limbos en los que se sumerge. Es parte de la libertad que defiende en el proceso creativo, dejarse  llevar por el flujo de vivencias, en vez de conceptos o ideas preestablecidas.”

Entre la pintura, acuarela, escultura, fotografía e instalaciones, es una creadora que ha transitado por diferentes etapas, cada una con resultados que reflejan su disciplina y voluntad en favor de seguir dando su aporte a Cuba, a la herencia cultural del presente y futuro.

Cubo Azul. Bienal de La Habana 2015. Foto: Rachel Valdés Studio.

Fiel a la  Bienal de la Habana…

“Para mí estos escenarios que surgen, son como una especie de nuevos paisajes, lugares místicos, y aparentemente infinitos.”
 

Para Rachel la Bienal de la Habana, es un espacio necesario en el cual trasciende cada vez más, ante el mundo la calidad del arte de Cuba. Es una plataforma para que los artistas de la nación y los de otras latitudes del orbe pongan a dialogar en un mismo contexto las estéticas y códigos de las diversas piezas presentadas como parte del evento.

Primero como estudiante con varios proyectos y luego como artista profesional, la fiel participación y éxitos de las obras de Rachel en cada edición de esta gran fiesta del arte visual contemporáneo, se mantienen como un principio y compromiso para ella, tanto con el público, que siempre espera sus propuestas, como con la gran familia de la Bienal, que reconoce la creatividad y belleza expresiva de sus instalaciones.

Desde la IX cita de la Bienal Rachel estuvo presente mostrando e incorporando experiencias. En la 11na edición, en el 2012, con el proyecto “Detrás del muro” expuso “Happily Ever After” (Felices para siempre), intervención pública diseñada en el malecón de La Habana  para crearle una ilusión visual al espectador de estar caminando entre dos mares, mediante la escenificación de líneas que, al decir de la autora, delimitan y componen la existencia del ser, lo cual genera un vínculo orgánico entre la realidad objetiva y la realidad subjetiva.

Felices para siempre. XI Edición de la Bienal de La Habana 2012. Foto: Rachel Valdés Studio.

Esta pieza interactiva, en esa ocasión, fue una de las más visitadas, sobre todo, por la capacidad de reubicar al hombre dentro del entorno y dar la oportunidad de verse asimismo interactuando dentro de su propio universo existencial.

Felices para siempre. Pieza incluida en el Proyecto "Detrás del Muro". Foto: Rachel Valdés Studio.

“Cubo azul” y “Composición Infinita”, ambas instalaciones creadas para la Duodécima Bienal de La Habana, en el 2015 y también con el equipo de “Detrás del muro”, se suman a las razones de orgullo y satisfacción de Rachel Valdés Camejo, una artista capaz de darle cuerpo y rostro a los sentidos, de construir sueños.

Cubo Azul. Bienal de La Habana 2015. Foto: Rachel Valdés Studio.

En Cubo Azul, Rachel combinó el cristal de seguridad laminado, espejo de seguridad, estructura de acero inoxidable y tablero marino, y logró cambiar patrones visuales, convocar a la observación y contemplación de lo cotidiano, pero a través de un solo color. Un prisma monocromático que permitió comprender que el mundo aparentemente sencillo, tiene proceso de resemantización, se nos presenta siempre en movimiento, entre luces. El espectador pudo encontrar una realidad paralela, en medio de una Habana que va de lo real a lo maravilloso.

Al decir del Historiador de la ciudad de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler, Cubo azul “... es una pieza que le pertenece a la ciudad, es un regalo, un zafiro que todos los habaneros y los que visiten podrán admirar su belleza”; días después estuvo expuesta durante un período en el Museo del Castillo de San Salvador de la Punta.

Esta creación que emergió como un pedazo de cielo vivo, convertido en volumen, en nuevas maneras de darle sentido a los reflejos, queda también  como obra documental de la artista, para evocar una de las tantas páginas que evidencian la importancia de la Bienal para estimular el talento y creatividad de quienes defienden el arte y son además su futuro.

Composición infinita. Bienal de La Habana 2015. Foto: Rachel Valdés Studio.

Composición Infinita, pieza con la que Rachel también participó en el Arco Madrid en el 2015, España. Es una instalación pública con un argumento y forma universal, con el encanto de conducir hacia los entresijos de la dimensión sensorial los procesos de concepción y recepción de la pieza, hiperbolizar la percepción cromática y auditiva. Desde la abstracción construye una plataforma o universo en el cual el hombre puede contemplarse sin diferencias o sin todo el andamiaje social que lo determina.

Una Inmersión…otro sueño con vida, otro latido de Rachel

“Defiendo el arte que crea conciencia sobre el espacio”
 

La Bienal de La Habana arriba a su edición XIII. Del 12 de abril al 12 de mayo, Cuba vuelve a abrir sus puertas para la mayor convocatoria de las artes visuales en la nación y a nivel regional. Un evento que se plantea como  lema y principio “La construcción de lo posible”.

Y a esa construcción de lo posible, Rachel brindará su aporte, pondrá a dialogar su nueva obra con el contexto, una vez más y como muestra de respeto, dedicación y amor a la Bienal, casi su segunda casa o familia.

En esta edición, según reconoce la artista, la pieza prevista y aún en preparación se nombra Inmersión, con la cual se tratará  de sumergir al público en un idea, ambiente, color específico, contexto, en tiempo y espacio. En esta obra, de cristal de seguridad laminado, espejo de seguridad laminado, estructura de acero inoxidable, hierro negro y tablero marino,  se reafirma su intención de crear conciencia sobre el espacio que habitamos, sus límites.

Proceso de montaje. Foto: Rachel Valdés Studio.

La obra se basa en la idea de crear ambientes, puentes que extrapolen de la realidad y a la misma vez permitan profundizar en ella, de una manera distinta, con una serie de discursos visuales, con distorsiones y cambios cromáticos de una escena que capte y transmita los sonidos de la ilusión, el pensamiento y envuelta por la complicidad del mar y el ambiente del malecón.

A través de los reflejos entre las luces y formas permite adentrarse en un determinado elemento, en un objeto y penetrar en su entorno, que el espacio habite al espectador y el espectador habite el propio espacio. Con la instalación la creadora espera seguir contribuyendo al fortalecimiento y trascendencia de los valores culturales cubanos.

De acuerdo con la información brindada por Rachel, Inmersión, luego de la Bienal y por solicitud del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Doctor Eusebio Leal Spengler, será instalada permanentemente  en el Castillo de la Real Fuerza como parte de la celebración por los 500 años de La Habana, ciudad maravilla.

Rachel Valdés Camejo, artista visual contemporánea, con la que en cada conversación encuentras motivaciones, voluntad, deseos incasables de crear, de multiplicar inspiraciones. Ella por su profesionalidad y disciplina, es una de las tantas muestras del compromiso y entrega de quienes desde y para Cuba, aportan fortaleza, vitalidad a la cultura de la nación, esa que respira nuevos aires en espacios como la Bienal de La Habana, aires de continuidad, de preservación y también de renovación constante.

 



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