Historias y razones por un Primero de Mayo

Editado por Bárbara Gómez
2019-05-01 21:54:30

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Paquito, Víctor y Miguel Ángel no se conocen, pero cada año la Plaza de la Revolución los une a los millones de cubanos que guardan celosamente sus historias de Primero de Mayo. Con 79 años, Víctor tuvo el privilegio de presenciar el primer desfile del Día internacional de los Trabajadores en la Revolución; Miguel Ángel este año se perderá por primera vez la marcha debido a problemas de salud y Paquito calienta motores desde anoche en las redes sociales con una foto que anuncia su participación en la Plaza.

Ellos son parte del amplio universo de trabajadores cubanos que cada año llega a la Plaza de la Revolución: los universitarios impetuosos que dejan de dormir la noche entera y el primero de mayo es oportunidad para divertirse junto a sus compañeros de grupo; los diversos sectores de la salud, la ciencia o el deporte que elaboran pancartas, sacan banderas y nos hacen a todos disfrutar su creatividad; como también los padres que por primera vez deciden llevar a sus hijos a la marcha, o la pareja que tiene por tradición participar cada año,  y nunca olvida el termo de café o el pomo de agua.

“Quien mira desde afuera podría pensar que todos los Primeros de Mayo se parecen, pero la realidad es que todos son muy distintos, porque ocurren en coyunturas diferentes de la historia de Cuba”, me aseguran los tres de manera independiente, mientras les pido me cuenten algunas de sus historias ligadas a esta fecha, a la que yo misma tantas veces asistí del brazo de mis padres.

A Francisco Rodríguez Cruz, periodista y activista LGTBI, siempre lo ha unido un especial simbolismo con el Día internacional de los Trabajadores. Su hijo nació precisamente aquel Primero de Mayo del 2000 en que Fidel pronunció su concepto de Revolución, cuando a su vez ya él era periodista del órgano de prensa de los trabajadores cubanos.

“Ambas cosas siempre me unieron mucho a la fecha, y por eso siempre me ha gustado participar. De hecho cuando mi hijo estaba mucho más pequeño lo llevaba siempre conmigo, y era una especie de celebración del cumpleaños. Juntos éramos como una especie de atracción turística, pues hasta la prensa extranjera se interesaba por nuestra particular empatía con la fecha”.

Como unos de los principales activistas del movimiento LGTBI, Paquito ha encontrado también en el Primero de Mayo un espacio para desfilar junto a miembros de la comunidad del CENESEX, pues “con esta fecha normalmente comienza para nosotros la primera actividad de la jornada contra la homofobia y la transfobia, así que este un simbolismo adicional que le he ido agregando”.

Este año, por primera vez en varios años, Paquito acudirá a la Plaza como periodista, pero me asegura tampoco le faltará la bandera que defiende sus derechos.

“Este va a ser un Primero de Mayo marcado por nuestra reacción ante las amenazas de recrudecimiento del Bloqueo de Donald Trump respecto a Cuba, y también el primero después de la proclamación de la nueva Constitución de la República de Cuba. Son razones que me hacen no dejar de ir a la Plaza a manifestar mi apoyo”, asegura Paquito.

“Es cierto que nada ocurre sin contradicciones y que estamos viviendo procesos sociales muy difíciles, pero el Primero de Mayo es para muchos de nosotros un catalizador, que nos une bajo un concepto que es mucho más grande que las diferencias que podamos tener: y este es la certeza de un objetivo colectivo superior”.

    Cada año  los cientos de problemas que tenemos por resolver, entre ellos por ejemplo los bajos salarios, en lugar de quitarle fuerzas a la fecha aumentan la necesidad de unidad. Los Primeros de Mayo nos dan sensación de sentirnos parte de algo mucho mayor que los problemas.”

Miguel Ángel y su primera ausencia a un desfile de Primero de Mayo

Miguel Ángel Gala tiene 75 años y por primera vez este año vio el desfile desde la Televisión Cubana. Esto para él es casi una penitencia, pero el cansancio de los años sobre sus piernas ya no le permite el ajetreo de una fecha como esta.

Él, un ingeniero militar cubano que durante muchos años fue profesor y hasta director del Instituto Técnico Militar (ITM), tenía solo 15 años cuando se incorporó a la Revolución y desde aquellos primeros años participó en las marchas de los Primeros de Mayo.

“Siempre desfilé, y muchas veces hasta iba con mi esposa, y los dos niños. Para nosotros siempre lo más importante fue llegar hasta la Plaza”, me cuenta.

    “El Primero de Mayo en Cuba lo distingue que el pueblo completo está vinculado al proceso revolucionario, y la gente siente esto como un momento de demostración de participación en sus actividades revolucionarias. Es bonito ver a los demás pasar, ver a los dirigentes y saludarlos. Por lo menos para nosotros era casi un mérito marchar y ver aquellos rostros que normalmente están en la Televisión”, me comenta Gala.

Este año Gala tendrá que perderse la caminata, pero allí en la Plaza está su hijo Yuri junto a su esposa y dos nietos. Él, desde su CDR en el municipio Playa, puso “su granito de arena al organizar el traslado hacia la marcha”.

Desde que tiene 13 años Víctor está vinculado al movimiento obrero cubano, pues en el temprano 1953 comenzó a trabajar como asalariado. Hoy tiene casi 80 años y una larga historia como dirigente partidista en varios niveles, pero sigue haciendo suya cada celebración del Primero de Mayo.

Desde que triunfó la Revolución ha buscado la manera siempre de estar presente en la Plaza para esta fecha, pero quizás ninguno lo ha marcado tanto como el primero de todos los Primeros de Mayo en Revolución.

    “Yo soy de Guanabacoa, y recuerdo que en aquella época era bien complicado venir hasta La Habana, pero ni aún así me lo perdí. Fue inolvidable porque duró muchas horas y guardo con mucho celo los recuerdos de aquel primer día. En todos estos años lo que más me  emocionó era pasar por delante de Fidel y escuchar sus discursos, por su poder de oratoria, y porque siempre lo ví como una prueba de la fuerza de la Revolución”, asegura quien hoy se desempeña como editor web de la revista Bohemia.

Otro de esos Primero de Mayo que para Víctor son difíciles de olvidar tuvo lugar en fecha un poco más reciente. “Comenzó a llover muy fuerte y recuerdo que llegamos a la Plaza cuando sonaba la canción “Me dicen Cuba”, de Alexander Abreu. La lluvia, la melodía del Himno y la letra me hicieron emocionarme muchísimo, y llegué con los pelos de punta al final del recorrido“, dice.

¿En qué se diferencian los primeros de mayo de hace unos 20 años con los de ahora? Le pregunto, y me asegura es bien difícil la comparación.

“La Revolución ha tenido etapas diferentes y todas estas actividades han adquirido significación en función de la coyuntura vivida por el país. Cada época el Primero de Mayo ha tenido su sello. Este año, como en otros, hay millones de razones para asistir, pues entre otras muchas tenemos una bajísima mortalidad infantil, y necesitamos unirnos ante la política hostil del gobierno de Estados Unidos”.

Como estas, muchas son las historias y razones por un Primero de Mayo que conservan los cubanos. Un viejo pullover que nos acompaña cada año, una bandera guardada celosamente, las manos amigas o unas 20 canciones revolucionarias. Cada cual lo vive a su manera, pero con mirar los rostros en las fotografías y acercarnos un poco a quienes cada año pasan frente a este histórico lugar, podemos captar la esencia de lo que significa esta fecha para los cubanos:  unidad, reafirmación, y certeza de que ni las peores circunstancias podrán desteñir nuestros Primeros de Mayo. (Tomado de Cubadebate).



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