Puertorriqueños que llegan a EE.UU. dicen que es caótica la situación en la isla tras paso de María

Editado por Julio Pérez
2017-09-26 05:58:50

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Personas que tratan de salir de Puerto Rico ante el caos imperante en la isla tras paso de huracán

Miami, 26 sep (RHC) Puertorriqueños llegaron este lunes a Miami en uno de los primeros vuelos que salieron de la isla tras el paso del huracán María para apaciguar la falta de alimentos, electricidad, aire acondicionado y comunicaciones e incluso para tratamientos médicos.

Uno de los viajeros, el abogado Diego Figueroa, dijo que es “una locura” el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, de San Juan, porque “todo es manual”, incluso el pasaje de American Airlines fue “escrito en un papel con bolígrafo”.

Figueroa fue uno de los afortunados que pudieron salir de la terminal, que tiene por ahora los vuelos limitados y centenares de personas pernoctando allí ante los retrasos para salir hacia Estados Unidos.

El vuelo, que venía “repleto”, fue el escape de salida para el “caos” que vive la isla, que ya empieza a presentar saqueos y focos de violencia de gente desesperada haciendo filas para comida, gasolina y para retirar dinero en los bancos, se lamentó la cubana Martha Barquet.

Barquet, quien reside desde niña en la isla del encanto, dijo que pasará un tiempo en su casa de Florida porque debido a su padecimiento de Esclerosis Múltiple no puede estar sin el servicio de refrigeración.

Pasajeros intentan obtener un vuelo el lunes, 25 de septiembre de 2017, en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín en Carolina, Puerto Rico. Puertorriqueños llegaron a Miami en uno de los primeros vuelos que salieron de la isla tras el paso del huracán María para apaciguar la falta de electricidad, aire acondicionado y comunicaciones, e incluso para tratamientos médicos.

Lamentó que otros pacientes con su condición se vieron obligados a usar cubos con hielo para soportar el calor debido a que las isla está prácticamente sin electricidad y sin gasolina tras el paso del huracán María.

“Hay mucha gente que está muy mal”, aseguró Barquet entre lágrimas.

El ciclón, que tocó tierra el miércoles pasado como categoría 4 después de causar estragos en el Caribe, especialmente en Dominica y las Islas Vírgenes, ha causado la muerte de al menos 16 personas.

Por su parte, Roxana Cortijo, otra de las pasajeras, fue “rescatada” por su hermana que vive en Texas, que fue a la isla y se la trajo a Estados Unidos para que pueda realizarse la diálisis.

La paciente indicó que los servicios médicos están trabajando con sobrecarga y que ella no se ha podido practicar las diálisis semanales que requiere porque algunas máquinas se dañaron y además Puerto Rico ha recibido pacientes de las Islas Vírgenes, que también fueron afectados por María.

La comunidad del sur de la Florida se unió para ayudar al pueblo de Puerto Rico y enviar comida, agua y pañales, entre otros productos, a través de varios programas de donación. La isla está sufriendo del devastador impacto del huracán María.

En Puerto Rico, el sector académico también está prácticamente paralizado.

Luis Zayas, vicepresidente de Asuntos Nacionales del Sistema Universitario Ana G. Méndez, quien también llegó en el vuelo del lunes, dijo que iba a tratar de apoyar desde Miami las comunicaciones del centro docente y “explorar maneras para que pueda funcionar internet”.

Precisó que todos los estudiantes del centro educativo en Puerto Rico están sin clases hasta que se garantice el bienestar del personal docente y otros empleados y se restaure la normalidad en la isla.

El venezolano Miguel Ángel Gil dijo que “el problema eléctrico es muy grave” y por eso se vino con su esposa, que estudia en la isla a pasar un tiempo en Florida con unos familiares mientras se garantizan los servicios públicos en Puerto Rico.

El gobernador de la isla, Ricardo Rosselló, advirtió que isla está cerca de una crisis humanitaria y pidió al gobierno federal más recursos para enfrentar la devastación provocada por María.

“Nos vamos a quedar un tiempo aquí mientras llega la luz y el agua a Puerto Rico”, manifestó Ginny Belabal, quien llegó acompañada de su esposo.

La pasajera señaló que en Río Grande, en la costa noreste de la isla, donde viven, “no hay agua, luz y la comida es muy poca. Los supermercados están vacíos”.

Además, el aeropuerto de donde partieron, en San Juan, en el que ahora salen apenas una decena de vuelos diarios de los cerca de cien habituales, tiene una avería de un satélite de largo alcance que ofrece información a la torre de control, lo que también dificulta las operaciones.



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