Ottawa, 2 oct (RHC) Los primeros testigos comparecieron ante el jurado canadiense encargado de enjuiciar a los tres ciudadanos acusados por el desastre ferroviario que cobró la vida de 47 personas en la pequeña localidad quebequense de Lac-Mégantic en 2013.

Tres empleados del ferrocarril, el conductor del tren Thomas Harding, el controlador de tráfico ferroviario Richard Labrie y el gerente de operaciones Jean Demaitre enfrentan 47 cargos de negligencia criminal que derivaron en muertes. La sentencia máxima por este tipo de cargo es la cadena perpetua.

Los hombres se declararon inocentes de las inculpaciones durante el juicio que se celebra en Sherbrooke, en la provincia de Quebec, destacó el sitio digital CBC News.

Este lunes compareció como primer testigo Steven Montembault, exoficial de policía e investigador de la escena del crimen quien se encontraba de servicio el día de la explosión.

También brindaron testimonio otros dos técnicos criminalistas encargados de documentar la escena del siniestro.

La fiscal Véronique Beauchamp aseguró que junto a su equipo de ayudantes demostrarán que los tres hombres son responsables de lo acontecido, ya sea por premeditación o por negligencia.

Aseguró que los acusados eran conscientes de un problema mecánico con el tren antes del descarrilamiento, pero que ninguno tomó las precauciones necesarias para evitarlo.

Las audiencias están programadas hasta mediados de diciembre.

Thomas Walsh, uno de los abogados defensores dijo que existe la posibilidad de que las audiencias duren más de lo esperado, porque deberán desarrollarse en los idiomas oficiales, inglés y francés.

El jurado que decidirá el destino de los tres hombres fue juramentado el viernes, luego de tres semanas de selección entre alrededor de mil personas.

En la noche del 6 de julio de 2013, un tren sin conductor con decenas de vagones llenos de combustible descarriló en Lac-Mégantic y provocó explosiones e incendios que destruyeron gran parte del centro de la localidad de unos seis mil habitantes, lo cual dejó un saldo de 47 personas fallecidas y centenares de heridos y evacuados.

La compañía que transportaba el crudo, la estadounidense Montreal, Main & Atlantic Railway (MMA), se declaró en bancarrota poco después del accidente.

El consorcio también se declaró no culpable de cargos similares y se enfrentará a un juicio por separado en una fecha posterior, señaló la fuente.

Varias compañías petrolíferas acordaron pagar 435 millones de dólares canadienses (unos 345 millones de dólares estadounidenses) a las familias de las víctimas, al tiempo que cientos de millones de dólares fueron asignados por el Gobierno para costear las operaciones de limpieza y reconstrucción.

con informacion de prensa latina