Hija de exrepresor argentino opina que su padre debe estar en la cárcel de por vida

Editado por Julio Pérez
2018-01-12 06:15:33

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Mariana Dopazo

Buenos Aires, 12 ene (RHC)  Mariana Dopazo, hija biológica del expolicía argentino, Miguel Etchecolatz, insistió en que sería "justo y reparador" que su padre  "estuviera hasta el final de sus días en una cárcel común" y lamentó el "retroceso en derechos humanos" que representa la prisión domiciliaria otorgada a este por el Gobierno argentino de Mauricio Macri a finales de 2017.

Dopazo escribió una carta en la que aclaró que es "exhija" de Etchecolatz porque solicitó cambiarse el apellido "teñido de sangre" para cortar todo vínculo con su padre biológico.

"A mis 47 años jamás creí que sufriríamos tal retroceso en DD.HH. con esta decisión inadmisible, pero la fortaleza popular es enorme y debe seguir creciendo hasta meter a cada una de estas bestias tras las rejas", enfatizó Dopazo, refiere Telesur.

Etchcolatz fue condenado por distintos crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura (1976- 1938) en los 21 centros de detención clandestinos conocidos como Puente 12, en La Matanza y la Comisaría de Monte Grande, mientras él era director de Investigaciones de la policía de Buenos Aires.

"Nadie puede venderme el discurso de reconciliación, ni el cuento del viejito enfermo que merece irse a su casa", apuntó la exhija de Etchecolatz y recordó que existen cientos de genocidas con prisión domiciliaria pero que el caso de su expadre les hierve la sangre "porque él representa lo peor" de la época de la dictadura.

Añadió que no puede imaginarse lo que sufrieron sus víctimas y menos lo que deben aguantar quienes conviven con él. "Solo dos tipos de personas conocen verdaderamente a este sujeto: sus víctimas y sus hijos". 

El secretario de Derechos Humanos de Argentina, Claudio Avruj, gozó de privilegios que no tuvieron sus víctimas como el derecho a un juicio justo sentado en un banquillo.

La decisión judicial generó amplio rechazo en la sociedad argentina y una enorme movilización en la ciudad de Mar de Plata, lugar donde se encuentra la casa en que el genocida gozará de su prisión domiciliaria custodiado por su esposa. 



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