Puerto Príncipe, 3 nov (RHC) La destacada intelectual Susy Castor señaló que jamás hubo tanta conciencia de que ya llegamos al momento en que las cosas tienen que cambiar, y hay un pueblo inmenso a nivel de todos los sectores, hay un rechazo de la población.

Explicó, que la compleja situación que experimenta hoy la nación caribeña, es solo la punta del iceberg de una crisis más profunda que debutó con la primera ocupación militar norteamericana en 1915, se entronizó con la dictadura, y que el periodo post Duvalier, aún no ha podido solucionar, pese a la “velada” intervención de Naciones Unidas con sus fuerzas pacificadoras, que duró 13 años, la más extensa desplegada por el organismo internacional, y la única en el continente americano.

Hoy lo que pide el pueblo es la posibilidad de desarrollarse, “quiere que sus ciudadanos vivan, que el pueblo viva soberanamente y que haya un Haití para todos los haitianos”, subrayó la también historiadora que ostenta el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana).

Enfatizó que lo que sucede “es algo extraordinario, no se trata ya ni de propaganda, discurso, voluntad, sino que ya se muestra este rechazo de todas partes y esta aspiración a otra cosa nueva”.

Desde hace dos meses Haití vive una agudización de las protestas populares, que demandan la renuncia del presidente Jovenel Moïse, en el poder desde 2017, tras unas controversiales elecciones.

La movilización popular, la presión de sectores opositores para forzar la dimisión del mandatario, y la negativa de Moïse de abandonar el cargo, agravan la crisis sociopolítica y económica, a la que se suma la operación Peyi Lok (país bloqueado) que paraliza la transportación interprovincial.

Pero la crisis, según los expertos, no es nueva, lo que sí sorprende es el nivel de conciencia que alcanzaron las masas, 215 años después de ser pioneros en la liberación colonial, al declarase libres de Francia en 1804.

Castor es optimista con los nuevos aires en América Latina, tras el levantamiento de masivos movimientos populares en Chile, Ecuador, Panamá, y otros países, y en un futuro que permita refundar a la nación haitiana.

De acuerdo con Castor, acabamos de vivir un ascenso de los movimientos neoliberales que se expandieron y se mantuvieron como “amos” en nuestros países, pero ya el viento ha marcado el fin de una etapa y el principio, “no digo que la lucha será fácil, no digo que el camino está libre, pero ya estamos en una nueva etapa y los pueblos están hablando”.

En cuanto a Haití, subrayó, que más allá de las claras reivindicaciones, no se trata solamente de que un gobierno se vaya, sino del reclamo a la ciudadanía y la soberanía, “la gente quiere vivir y ser ciudadanos de un país verdadero”, concluyó.